Caso Aída Merlano: el concierto sin músicos

La justicia perversa, malévola, cruel, endiablada Colombiana es el engendro terrorífico más desalmado que existe junto con los que nombra en su columna Laura Ardila más el mohán del carriel. Los jueces honestos tienen que salir exiliados y los corrupulgar siguen frescos cómo palma lloviznada y tranquilos y relajados igual que un león después de calmar el hambre. Solo queda la justicia divina; PROVERBIO 11: 21 TARDE O TEMPRANO EL MALO SERÁ CASTIGADO. MAS LA DESCENDENCIA DE LOS JUSTOS SERÁ LIBRADA

Estas atrapada en tu excelente libro, Laura; que la justicia actue mientras colocas tu atencion en otro importante tema.

El dinero para comprar jueces y veredictos de absolución es un mínima parte de todo lo que a lo largo de su vida de bandido ha acumulado ese criminal y todos sus secuaces, de manera que morirá trnaquilamente en un lecho de plumas sin que la justicia se haya atrevido siquiera a tocarlo, tal como sucedió con el esmeraldero Victor Carranza y con el patriarca del clan de los Ochoa de Medellín.

Comparación fácil de entender cuando todos somos tan dados a la música en este país. Pero como también cuando rio suena piedra lleva. Todo no es para siempre. Con su trabajo. Laura y con jueces éticos yo sé que ojalá en vida JG se caiga el castillo.

Como es posible que la justicia permita un fallo de un juez amigo cercano del acusado. Es una vergüenza la justicia en Colombia. Que impotencia para los ciudadanos. Así no hay esperanza en este país.