Durante el pasado año electoral, el hoy alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, dejó ver en varias ocasiones que uno de sus planes para este cuatrienio será implementar en la ciudad el modelo que establecieron en Barranquilla los Char. Toda la campaña se la pasó elogiando a su amigo Álex Char y difundiendo por redes los anuncios de la alcaldía barranquillera, asegurando que en Cartagena se haría igual. “La gente más humilde de Cartagena quiere ser como Barranquilla, quiere parecerse a Barranquilla”, aseguró en una ocasión, como si fuera dueño de algún oráculo.
Varios meses atrás, el otro mandatario importante de Bolívar: el entrante gobernador Yamil Arana, había sentado posición similar al declarar en un trino que lo de Barranquilla es “de envidiar y replicar”.
Turbay y Arana son los que quieren parecerse, no a Barranquilla sino a Char, y ya comenzaron a dar pasos en ese camino. En los gabinetes de ambos mandatarios fueron designados altos funcionarios que llegan de trabajar para el charismo en Barranquilla, y ahora estarán en carteras tan clave como Educación (en el caso de Turbay) y Hacienda (en el caso de Arana).
Bien claros en que el de los Char es un proyecto sostenido en buena parte a punta de narrativas mediáticas y de fútbol, los dos gobernantes se llevaron a sus equipos, cada uno, a un asesor de comunicaciones del charismo. Se trata de los comunicadores Jorge Mario Erazo, ex jefe de prensa de la saliente administración de Barranquilla, que arrancó en el mismo cargo con el gobernador Arana; y Alberto Martínez Monterrosa, ex asesor de comunicaciones y biógrafo autorizado de Álex Char, quien fue designado secretario de Educación de Turbay. (Martínez aún no se ha podido posesionar por un inconveniente con los requisitos para el cargo, según reveló La Contratopedia Caribe).
Para lo del entretenimiento futbolero, Dumek Turbay y Yamil Arana decidieron que su primera gran declaración juntos sería para anunciar la llegada de un nuevo jugador al Real Cartagena. Prometieron que, con ellos, el equipo de la ciudad por fin ascenderá a la categoría A del fútbol colombiano, después de 11 años consecutivos en la B. Ojalá así sea, pero no se necesita conocer las vocales para saber que cualquier similitud con lo que hacen sus dirigentes vecinos no es pura coincidencia.
No es claro, porque ninguno de los dos mandatarios lo ha detallado con franqueza, hasta dónde irá esta emulación, pero querer parecerse a Char implicará costos y riesgos para Cartagena y Bolívar. Dionisio Vélez ya fracasó en su intento de importación del charismo. Ese exalcalde cartagenero llegó al poder con la bendición de Álex Char, le dio cuotas y contratos a charistas, y al final dejó a la ciudad endeudada y con una feria de obras inconclusas, que fueron financiadas con uno de los créditos más caros de la historia de Cartagena.
¿Tolerarán a la prensa crítica?, ¿facilitarán el trabajo de las veedurías?, ¿promoverán la pluralidad de contratistas?, ¿respetarán la labor del Concejo?, ¿administrarán con transparencia? Es decir: ¿harán aquello que no han hecho en Barranquilla? Veremos. Porque la imitación completa no es solo decir que son gerentes, planear obras civiles y querer cantar goles.
Durante el pasado año electoral, el hoy alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, dejó ver en varias ocasiones que uno de sus planes para este cuatrienio será implementar en la ciudad el modelo que establecieron en Barranquilla los Char. Toda la campaña se la pasó elogiando a su amigo Álex Char y difundiendo por redes los anuncios de la alcaldía barranquillera, asegurando que en Cartagena se haría igual. “La gente más humilde de Cartagena quiere ser como Barranquilla, quiere parecerse a Barranquilla”, aseguró en una ocasión, como si fuera dueño de algún oráculo.
Varios meses atrás, el otro mandatario importante de Bolívar: el entrante gobernador Yamil Arana, había sentado posición similar al declarar en un trino que lo de Barranquilla es “de envidiar y replicar”.
Turbay y Arana son los que quieren parecerse, no a Barranquilla sino a Char, y ya comenzaron a dar pasos en ese camino. En los gabinetes de ambos mandatarios fueron designados altos funcionarios que llegan de trabajar para el charismo en Barranquilla, y ahora estarán en carteras tan clave como Educación (en el caso de Turbay) y Hacienda (en el caso de Arana).
Bien claros en que el de los Char es un proyecto sostenido en buena parte a punta de narrativas mediáticas y de fútbol, los dos gobernantes se llevaron a sus equipos, cada uno, a un asesor de comunicaciones del charismo. Se trata de los comunicadores Jorge Mario Erazo, ex jefe de prensa de la saliente administración de Barranquilla, que arrancó en el mismo cargo con el gobernador Arana; y Alberto Martínez Monterrosa, ex asesor de comunicaciones y biógrafo autorizado de Álex Char, quien fue designado secretario de Educación de Turbay. (Martínez aún no se ha podido posesionar por un inconveniente con los requisitos para el cargo, según reveló La Contratopedia Caribe).
Para lo del entretenimiento futbolero, Dumek Turbay y Yamil Arana decidieron que su primera gran declaración juntos sería para anunciar la llegada de un nuevo jugador al Real Cartagena. Prometieron que, con ellos, el equipo de la ciudad por fin ascenderá a la categoría A del fútbol colombiano, después de 11 años consecutivos en la B. Ojalá así sea, pero no se necesita conocer las vocales para saber que cualquier similitud con lo que hacen sus dirigentes vecinos no es pura coincidencia.
No es claro, porque ninguno de los dos mandatarios lo ha detallado con franqueza, hasta dónde irá esta emulación, pero querer parecerse a Char implicará costos y riesgos para Cartagena y Bolívar. Dionisio Vélez ya fracasó en su intento de importación del charismo. Ese exalcalde cartagenero llegó al poder con la bendición de Álex Char, le dio cuotas y contratos a charistas, y al final dejó a la ciudad endeudada y con una feria de obras inconclusas, que fueron financiadas con uno de los créditos más caros de la historia de Cartagena.
¿Tolerarán a la prensa crítica?, ¿facilitarán el trabajo de las veedurías?, ¿promoverán la pluralidad de contratistas?, ¿respetarán la labor del Concejo?, ¿administrarán con transparencia? Es decir: ¿harán aquello que no han hecho en Barranquilla? Veremos. Porque la imitación completa no es solo decir que son gerentes, planear obras civiles y querer cantar goles.