De nuevo, vuelan billetes de Yahir Acuña en Sucre
Laura Ardila Arrieta
Como si el tiempo, los cuestionamientos y el descrédito no hubieran pasado, Yahir Acuña está de nuevo en campaña por el poder en Sucre. Esta vez el exrepresentante, que tiene una investigación formal por parapolítica en la Corte Suprema, quiere ser alcalde de Sincelejo. Y en una jugada que es la historia repetida de sus conocidas estrategias se está moviendo con una llamativa repartija de billete y dádivas por las barriadas de la ciudad.
A esas comunidades pobres llega el político para brindar la “solución” a algún problema. Lleva pavimento a tramos de vías que no conocen algo distinto al barro, reparte miles de litros de agua en las zonas más sedientas (el 10 % de las viviendas de Sincelejo no cuentan con acueducto y este no funciona las 24 horas) y obsequia tenis para que los pelaos jueguen fútbol.
Hace poco repartió mil cascos a mototaxistas, el gremio en donde lleva años cazando votos a punta de dar caramelos como la tanqueada de gasolina o un billete de $20.000. La estrategia incluyó que, después, Acuña colgara en sus redes un video de los conductores agradeciendo al popular “Yaho” y su movimiento llamado 100 %.
En algunas calles beneficiadas con su pavimento se pueden ver vallas que rezan: “¡Gracias, Yahir Acuña!”.
No menos agradecidos quedan los asistentes a las reuniones que convoca los fines de semana. Esas personas reciben mínimo $20.000 para su transporte y, si tienen suerte, a veces se llevan entre $100.000 y $300.000 que Yahir no duda en sacarse del bolsillo cuando alguien llega a saludarlo, según dos fuentes que lo han visto.
Luego de dos derrotas seguidas a la Gobernación —y tras la exposición por haber sido aprehendido con $200 millones en efectivo horas antes de las regionales de 2015—, en Sincelejo dicen que esta será la apuesta definitiva de Acuña. En el camino se enfrentará con el candidato que ponga el muy debilitado alcalde Andrés Gómez, quien va a cumplir un año interponiendo recursos para dilatar su salida del cargo, después de que el Consejo de Estado le anulara la elección por doble militancia.
Por ahora, el mayor punto flaco de Yahir es que pocos en la clase política sucreña parecen dispuestos a tomarse una foto de apoyo a él. Nadie quiere ser asociado en público con las prácticas que simboliza el yahirismo y es posible que, de nuevo, acabe solo.
Pero Yahir Acuña no se hizo solo ni está solo. Ha estado rodeado de otros poderosos que no siempre se toman foto con él, pero lo engordan. Acuña se graduó de superpoderoso cuando Juan Manuel Santos lo puso de hombre fuerte de la reelección santista en Sucre. De la mano del exministro de Santos Aurelio Iragorri, entró en 2019 al Partido de la U, que el año pasado avaló a su esposa y heredera política, la representante Milene Jarava de Acuña.
Aunque hace cuatro años se enfrentó con él por la Gobernación, el actual mandatario sucreño, Héctor Olimpo Espinosa, del Partido Liberal, convirtió a Yahir en su aliado en la Asamblea y hoy lo tiene consentido con burocracia en el Instituto Departamental de Deportes (Inder).
Incluso si no concreta su candidatura, la fuerza de Acuña pinta jugar duro en las regionales de octubre, en un departamento en el que los vientos de ruptura con la vieja política están lejos de soplar.
Como si el tiempo, los cuestionamientos y el descrédito no hubieran pasado, Yahir Acuña está de nuevo en campaña por el poder en Sucre. Esta vez el exrepresentante, que tiene una investigación formal por parapolítica en la Corte Suprema, quiere ser alcalde de Sincelejo. Y en una jugada que es la historia repetida de sus conocidas estrategias se está moviendo con una llamativa repartija de billete y dádivas por las barriadas de la ciudad.
A esas comunidades pobres llega el político para brindar la “solución” a algún problema. Lleva pavimento a tramos de vías que no conocen algo distinto al barro, reparte miles de litros de agua en las zonas más sedientas (el 10 % de las viviendas de Sincelejo no cuentan con acueducto y este no funciona las 24 horas) y obsequia tenis para que los pelaos jueguen fútbol.
Hace poco repartió mil cascos a mototaxistas, el gremio en donde lleva años cazando votos a punta de dar caramelos como la tanqueada de gasolina o un billete de $20.000. La estrategia incluyó que, después, Acuña colgara en sus redes un video de los conductores agradeciendo al popular “Yaho” y su movimiento llamado 100 %.
En algunas calles beneficiadas con su pavimento se pueden ver vallas que rezan: “¡Gracias, Yahir Acuña!”.
No menos agradecidos quedan los asistentes a las reuniones que convoca los fines de semana. Esas personas reciben mínimo $20.000 para su transporte y, si tienen suerte, a veces se llevan entre $100.000 y $300.000 que Yahir no duda en sacarse del bolsillo cuando alguien llega a saludarlo, según dos fuentes que lo han visto.
Luego de dos derrotas seguidas a la Gobernación —y tras la exposición por haber sido aprehendido con $200 millones en efectivo horas antes de las regionales de 2015—, en Sincelejo dicen que esta será la apuesta definitiva de Acuña. En el camino se enfrentará con el candidato que ponga el muy debilitado alcalde Andrés Gómez, quien va a cumplir un año interponiendo recursos para dilatar su salida del cargo, después de que el Consejo de Estado le anulara la elección por doble militancia.
Por ahora, el mayor punto flaco de Yahir es que pocos en la clase política sucreña parecen dispuestos a tomarse una foto de apoyo a él. Nadie quiere ser asociado en público con las prácticas que simboliza el yahirismo y es posible que, de nuevo, acabe solo.
Pero Yahir Acuña no se hizo solo ni está solo. Ha estado rodeado de otros poderosos que no siempre se toman foto con él, pero lo engordan. Acuña se graduó de superpoderoso cuando Juan Manuel Santos lo puso de hombre fuerte de la reelección santista en Sucre. De la mano del exministro de Santos Aurelio Iragorri, entró en 2019 al Partido de la U, que el año pasado avaló a su esposa y heredera política, la representante Milene Jarava de Acuña.
Aunque hace cuatro años se enfrentó con él por la Gobernación, el actual mandatario sucreño, Héctor Olimpo Espinosa, del Partido Liberal, convirtió a Yahir en su aliado en la Asamblea y hoy lo tiene consentido con burocracia en el Instituto Departamental de Deportes (Inder).
Incluso si no concreta su candidatura, la fuerza de Acuña pinta jugar duro en las regionales de octubre, en un departamento en el que los vientos de ruptura con la vieja política están lejos de soplar.