Los pecados de la campaña Petro en el Caribe
Laura Ardila Arrieta
Una de las reacciones del presidente Gustavo Petro, luego de que su hijo Nicolás admitiera la entrada ilegal de plata a la campaña presidencial, fue un trino que retoma un mensaje que el mismo mandatario había puesto en 2022, denunciando que a su proyecto electoral lo querían infiltrar con dineros del narcotráfico. “Para la memoria”, escribió este jueves al hacer el retuit.
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Una de las reacciones del presidente Gustavo Petro, luego de que su hijo Nicolás admitiera la entrada ilegal de plata a la campaña presidencial, fue un trino que retoma un mensaje que el mismo mandatario había puesto en 2022, denunciando que a su proyecto electoral lo querían infiltrar con dineros del narcotráfico. “Para la memoria”, escribió este jueves al hacer el retuit.
Si de hacer memoria se trata, hay que recordar que, en el Caribe, donde Nicolás Petro fue punta de lanza proselitista de su papá, el petrismo terminó aliado con algunas de las maquinarias más cuestionadas de la región. Ese asunto, que no fue muy publicitado a nivel nacional, hoy ayuda a poner luces sobre el escándalo que sacude a la Casa de Nariño.
Los pecados de la campaña Petro en el Caribe arrancan por haber traicionado la promesa de “cambio” al ceder ante los políticos tradicionales, con la creencia de que sin ellos es imposible ganar.
Fue por eso que el barranquillero Armando Benedetti se convirtió en la mano derecha de Petro. Por vía de Benedetti se subieron al bus petrista la cordobesa Zulema Jattin (procesada por parapolítica) y el clan Torres, del Atlántico, que pasó del anonimato a las sospechas.
Los Torres empezaron a ser mencionados tras la publicación de los audios en los que Benedetti asegura que el proyecto Petro contó con financiadores que no se reportaron, y esta semana, durante la imputación a Nicolás Petro y su exesposa, Day Vásquez, la Fiscalía reveló que Euclides Torres es uno de los hombres más cercanos al presidente. Torres es empresario y jefe del grupo que combina hábilmente negocios (en especial de alumbrado público) con política (están en el Congreso y controlan la Alcaldía de Puerto Colombia, que hace parte del Área Metropolitana de Barranquilla).
Pese a haber militado tradicionalmente en la U, a esta maquinaria le dieron puesto alto en la lista cerrada al Senado del Pacto Histórico, lo que le aseguró la curul a su ficha, Pedro Flórez. La explicación que le dan a ese caramelo en Barranquilla es la entrega de billete por debajo que los Torres habrían hecho a la campaña Petro, un hecho que no está probado pero que, a la luz de lo que ya se sabe, podrían explicar Benedetti y Petro hijo.
Por Gustavo Petro votó también otro señalado por la Fiscalía de haber dado plata a Nicolás Petro para apoyar esa candidatura: Samuel Lopesierra, condenado por narcotráfico. El llamado Hombre Marlboro aspira este año a la Alcaldía de Maicao con apoyo de un sector local de la Colombia Humana, como lo revelé hace cinco meses aquí.
El grupo del corrupto Eduardo Pulgar también puso su pie en la campaña petrista, a través de su concejal en Soledad, Jairo Samper, que movió gente por Petro el día de la votación.
Mientras, en Córdoba hicieron lo mismo unos líderes del Ñoño Elías (condenado por Odebrecht) y en Bolívar, los parapolíticos William Montes y Miguel Rangel y parte del combo ligado a Enilce López, la Gata. Esa última sociedad electoral la concretó el hoy embajador Roy Barreras.
Esta semana, se conoció un chat en el que, aparentemente, el exalcalde barranquillero Álex Char, rival de Petro, le dice a Day Vásquez que le va a dar “cinco puntos” en el marco de unas elecciones. A juzgar por otros retuits que ha hecho, al presidente le ha parecido conveniente difundir ese dato. Pero la memoria de lo que pasó en el Caribe sigue yendo mucho más allá.