Los estudiantes de la UPN requieren apoyo del Gobierno Nacional
La pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial a causa del COVID–19 y, en consecuencia, las múltiples directrices emanadas por el Gobierno Nacional para afrontar la emergencia sanitaria (económica, social y ecológica) han impactado todas las dinámicas de la vida social y familiar que considerábamos habituales, y han resaltado las profundas desigualdades que persisten en nuestra sociedad y que continúan marginando sectores de nuestra población.
De acuerdo con el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en febrero de 2020, el porcentaje de desempleados en el territorio nacional fue del 13% (3,2 millones de personas), mientras que el porcentaje de personas dedicadas a trabajar informalmente con el fin de solventar sus necesidades básicas y lograr de esta manera sobrevivir -al no encontrar una opción de trabajo estable y formal, fue del 48% (5,6 millones de personas), lo que se traduce en cerca de 8,8 millones de personas en el país, muchas de ellas pertenecientes a los sectores económicamente más vulnerables, sin posibilidad de acceder a una opción económica que le permita solventar sus necesidades. En esa medida, la emergencia sanitaria plantea un doble riesgo: la posibilidad de ser contagiado con el COVID-19 y la insatisfacción de necesidades básicas como alimentación, vivienda y acceso a servicios públicos, que redunda en problemas de salubridad, hambre y desnutrición.
Nuestra comunidad universitaria no es ajena a esta situación, la mayoría de nuestros estudiantes y sus familias, pertenecientes a los estratos 1 (32%) y 2 (47%), como muchos de los estudiantes de las universidades públicas, están experimentando en carne propia esta terrible encrucijada. La Universidad Pedagógica Nacional en el cumplimiento de sus funciones misionales y con el fin de garantizar el acceso a la educación de todos sus estudiantes, ha buscado mediante diversas estrategias solventar algunas de estas insuficiencias: campañas como “El cariño verdadero” que es un proceso mediante el cual, de manera voluntaria, profesores, administrativos y egresados de la universidad realizan un aporte de $200.000 mensuales, durante el tiempo que dure la contingencia, a un grupo focalizado de estudiantes que lo requieren con mayor apremio; y la declaración de urgencia manifiesta para robustecer los apoyos y servicios de bienestar universitario (la infraestructura tecnológica requerida para el desarrollo de las actividades académicas), son algunas de las acciones que la universidad ha implementado para apoyar a todos los integrantes de la comunidad y superar esta crisis.
Sin embargo, los sobrecostos ocasionados por la emergencia sanitaria y el riesgo inminente de no lograr el recaudo de los ingresos previstos por conceptos de derechos académicos, derechos de asesorías y extensión, entre otros -que financian gastos de operación ordinaria y de funcionamiento básico de la universidad-, ocasionarán dificultades presupuestales y de liquidez que afectarán drásticamente el desarrollo de nuestras labores.
Cerca del 50 % de los recursos para el funcionamiento de la universidad son producto de gestiones y convenios que, en este contexto de emergencia, difícilmente podremos conseguir. De acuerdo con nuestras previsiones, la universidad requiere más de 16 mil millones de pesos relacionados con la operación ordinaria y el funcionamiento administrativo básico de la institución.
La Universidad Pedagógica Nacional ha implementado diferentes acciones relacionadas con la ampliación de las fechas de pago ordinario y extraordinario de las matrículas. De igual manera ha abierto convocatorias de fraccionamiento dirigido a todos los estudiantes para hacer que el mayor número posible continúe con sus estudios; no obstante, actualmente muchos de nuestros estudiantes continúan sin la posibilidad de pagar y la universidad no cuenta con el presupuesto para subsidiar de manera total el valor de sus matrículas. Nuestra institución actualmente cuenta con más de 8500 estudiantes, de los cuales, cerca del 30% tendrían dificultad para continuar con su proceso formativo si el Gobierno Nacional no atiende nuestro llamado de alerta.
La Universidad Pedagógica Nacional reitera las solicitudes realizadas al Gobierno, al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y al Ministerio de Educación Nacional en nombre propio y en concurso del SUE (Sistema Universitario Estatal), sobre la asignación de recursos adicionales para las universidades públicas y en particular para nuestra institución, con el fin de cubrir los sobrecostos y auxiliar el pago de matrícula de los estudiantes más vulnerables y de esta manera, evitar que uno de los efectos de esta crisis sanitaria, sea también un alto porcentaje de deserción y de limitación al acceso a la educación como derecho. Por ejemplo, los recursos recaudados del impuesto solidario por el COVID-19 (establecido en virtud del Decreto Legislativo 568 del 15 de abril de 2020), que pagarán varios de nuestros profesores y trabajadores de la Universidad Pedagógica Nacional, como mínimo, se podría destinar por el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) en favor de nuestros estudiantes en condición de vulnerabilidad.
* Rector de la Universidad Pedagógica Nacional.
La pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel mundial a causa del COVID–19 y, en consecuencia, las múltiples directrices emanadas por el Gobierno Nacional para afrontar la emergencia sanitaria (económica, social y ecológica) han impactado todas las dinámicas de la vida social y familiar que considerábamos habituales, y han resaltado las profundas desigualdades que persisten en nuestra sociedad y que continúan marginando sectores de nuestra población.
De acuerdo con el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en febrero de 2020, el porcentaje de desempleados en el territorio nacional fue del 13% (3,2 millones de personas), mientras que el porcentaje de personas dedicadas a trabajar informalmente con el fin de solventar sus necesidades básicas y lograr de esta manera sobrevivir -al no encontrar una opción de trabajo estable y formal, fue del 48% (5,6 millones de personas), lo que se traduce en cerca de 8,8 millones de personas en el país, muchas de ellas pertenecientes a los sectores económicamente más vulnerables, sin posibilidad de acceder a una opción económica que le permita solventar sus necesidades. En esa medida, la emergencia sanitaria plantea un doble riesgo: la posibilidad de ser contagiado con el COVID-19 y la insatisfacción de necesidades básicas como alimentación, vivienda y acceso a servicios públicos, que redunda en problemas de salubridad, hambre y desnutrición.
Nuestra comunidad universitaria no es ajena a esta situación, la mayoría de nuestros estudiantes y sus familias, pertenecientes a los estratos 1 (32%) y 2 (47%), como muchos de los estudiantes de las universidades públicas, están experimentando en carne propia esta terrible encrucijada. La Universidad Pedagógica Nacional en el cumplimiento de sus funciones misionales y con el fin de garantizar el acceso a la educación de todos sus estudiantes, ha buscado mediante diversas estrategias solventar algunas de estas insuficiencias: campañas como “El cariño verdadero” que es un proceso mediante el cual, de manera voluntaria, profesores, administrativos y egresados de la universidad realizan un aporte de $200.000 mensuales, durante el tiempo que dure la contingencia, a un grupo focalizado de estudiantes que lo requieren con mayor apremio; y la declaración de urgencia manifiesta para robustecer los apoyos y servicios de bienestar universitario (la infraestructura tecnológica requerida para el desarrollo de las actividades académicas), son algunas de las acciones que la universidad ha implementado para apoyar a todos los integrantes de la comunidad y superar esta crisis.
Sin embargo, los sobrecostos ocasionados por la emergencia sanitaria y el riesgo inminente de no lograr el recaudo de los ingresos previstos por conceptos de derechos académicos, derechos de asesorías y extensión, entre otros -que financian gastos de operación ordinaria y de funcionamiento básico de la universidad-, ocasionarán dificultades presupuestales y de liquidez que afectarán drásticamente el desarrollo de nuestras labores.
Cerca del 50 % de los recursos para el funcionamiento de la universidad son producto de gestiones y convenios que, en este contexto de emergencia, difícilmente podremos conseguir. De acuerdo con nuestras previsiones, la universidad requiere más de 16 mil millones de pesos relacionados con la operación ordinaria y el funcionamiento administrativo básico de la institución.
La Universidad Pedagógica Nacional ha implementado diferentes acciones relacionadas con la ampliación de las fechas de pago ordinario y extraordinario de las matrículas. De igual manera ha abierto convocatorias de fraccionamiento dirigido a todos los estudiantes para hacer que el mayor número posible continúe con sus estudios; no obstante, actualmente muchos de nuestros estudiantes continúan sin la posibilidad de pagar y la universidad no cuenta con el presupuesto para subsidiar de manera total el valor de sus matrículas. Nuestra institución actualmente cuenta con más de 8500 estudiantes, de los cuales, cerca del 30% tendrían dificultad para continuar con su proceso formativo si el Gobierno Nacional no atiende nuestro llamado de alerta.
La Universidad Pedagógica Nacional reitera las solicitudes realizadas al Gobierno, al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y al Ministerio de Educación Nacional en nombre propio y en concurso del SUE (Sistema Universitario Estatal), sobre la asignación de recursos adicionales para las universidades públicas y en particular para nuestra institución, con el fin de cubrir los sobrecostos y auxiliar el pago de matrícula de los estudiantes más vulnerables y de esta manera, evitar que uno de los efectos de esta crisis sanitaria, sea también un alto porcentaje de deserción y de limitación al acceso a la educación como derecho. Por ejemplo, los recursos recaudados del impuesto solidario por el COVID-19 (establecido en virtud del Decreto Legislativo 568 del 15 de abril de 2020), que pagarán varios de nuestros profesores y trabajadores de la Universidad Pedagógica Nacional, como mínimo, se podría destinar por el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) en favor de nuestros estudiantes en condición de vulnerabilidad.
* Rector de la Universidad Pedagógica Nacional.