En un mes de sombras y telarañas, mes de brujas, comienzan a entreverse los sucesores de este raro gobierno. No ha sido como han sido los otros, este no se hace reconocer ni siquiera por su traje decoroso o sus respetos protocolarios. A la fuerza pública se la obliga a no actuar, se demeritan los ingresos públicos y da la impresión de que se habla para un mundo indescifrable o para las estrellas en un viaje astral.
Estamos en que no sabemos para dónde vamos ni de dónde venimos. Ni que lo dijera Rubén Darío, refiriéndose al insondable sentido de la vida, sino que hay quienes no saben a qué atenerse sobre hechos tan comunes como si...
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