¡Cuántos se han ido! La mayoría, sin pena ni gloria. Ya lo dije: que se recuerde, mencionamos a Enrique Peñalosa, por su seriedad, por su ensimismamiento de gerente inabordable, honesto y por ende responsable; no caló entre el público mayoritario, pues no fue populista; algunos no le perdonaron que tomara la decisión de adoptar Transmilenio para la ciudad, huérfana por siempre de metro, como sí lo tienen las grandes ciudades y Medellín, no tan grande, pero perfecta. La ciudad Botero, vaya.
Se recuerda, en Bogotá, a Jaime Castro, organizador del escritorio de la metrópolis; mucho antes, a Fernando Mazuera, el de los puentes de la...