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Las administradoras de fondos de pensiones (AFP) utilizan los aportes de los cotizantes para financiar empresas de sus mismos conglomerados económicos, tal y como lo reportó Cuestión Pública la semana pasada. Así, por ejemplo, un cotizante afiliado a Porvenir le paga al Grupo AVAL el 15 % de sus aportes pensionales para que este los ponga a rendir, y el Grupo AVAL sale a buscar, en principio, inversiones que maximicen el ahorro pensional del afiliado. Después de cobrarse las debidas comisiones para examinar todo el universo de posibilidades, la AFP del Grupo AVAL concluye que lo mejor es invertir una parte importante de esos ahorros en empresas del Grupo AVAL, como por ejemplo Corficolombiana, que utiliza los recursos para financiar proyectos como la Ruta del Sol II en asociación con empresas como Odebrecht.
La respuesta de Asofondos ante estos señalamientos es que la práctica es completamente legal —aunque, como también lo detalla Cuestión Pública pero no menciona Asofondos, la ley se modificó gracias al lobby de Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez—. Además, señala el gremio, no se trata de “autopréstamos” sino de “autoinversiones”. Es decir: su respuesta ante el señalamiento de que los cotizantes de las AFP pagan comisiones para prestarles plata barata a los grupos económicos dueños de las mismas AFP es apenas un giro leguleyo y semántico.
La verdad es que la nuestra no es una economía de libre mercado, sino una en la cual los grupos económicos que controlan el país nos cobran por el privilegio de financiar los mismos servicios caros, malos y ocasionalmente corruptos que nos venden a nosotros y al Estado. ¿Queremos un mercado más libre? Exijamos la libertad de poder “autoinvertir” nuestro ahorro pensional en educación, vivienda y un portafolio de activos mucho más diverso que el que ahora nos permite una normatividad que, como lo ilustra el ejemplo, está amañada al servicio de intereses que no representan los de la mayoría.