La desvalorización de Ecopetrol, la empresa más importante de Colombia, luego del informe de J.P. Morgan, es un duro golpe a las finanzas públicas en un momento crítico. Afecta gravemente a sus trabajadores y a los colombianos, su accionista más importante. También a los municipios y regiones que, literalmente, viven de los ingresos y empleos que la empresa genera. Costosas consecuencias de una ideología catastrofista que, sin planificación, cálculo ni gobierno, ha asumido una transición improvisada. El decrecimiento avanza hacia ninguna parte.
Pagando falsas promesas
30 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.