Columna de Luis Fernando Montoya: Los valores del Medellín

“Si todos avanzamos juntos, el éxito llegará solo”, Henry Ford.

Resulta muy gratificante para el fútbol colombiano ver competir al poderoso de la montaña y ser finalista en la Liga BetPlay de este segundo semestre, practicando buen fútbol y dejando varios principios como enseñanza a nuestros deportistas.

El punto de partida de cualquier equipo es un reto que exige la acción colectiva. Los colectivos son la respuesta adecuada a las misiones y las tareas que no pueden ser llevadas a cabo en solitario.

En este torneo el equipo del pueblo no solo ha mostrado buen fútbol, sino también algunos valores que lo han convertido en un club ejemplarizante.

Perseverancia: los directivos del club han respaldado el proyecto deportivo en los momentos difíciles y lo dotaron de todas las herramientas para que el técnico uruguayo Alfredo Arias pudiera desarrollar adecuadamente su trabajo.

Liderazgo: la coherencia entre el pensar, el hablar y el hacer del profesor Arias y sus colaboradores ha sido clave para que sus dirigidos comprendan lo que él quiere desde lo táctico y le tengan un alto grado de credibilidad.

Unión y amistad: todo el tiempo se percibe a un grupo de jugadores alegres, empáticos, comprometidos y solidarios en el terreno de juego.

Comprensión: los jugadores en la cancha y fuera de ella se notan identificados con la idea de juego de su técnico, buen manejo del balón, equilibrio y balanceo, agresivos para recuperar el balón y eficaces en la definición.

Compromiso: unos jugadores serios y dispuestos para triunfar guiados por un hombre de experiencia como Daniel Torres, cada uno dando lo mejor de sí para el equipo, con jugadores de gran rendimiento como Jaime Alvarado, José Ortiz, Joaquín Varela, Edwuin Cetré, Brayan León, entre otros, una clara muestra de la nómina competitiva que tiene el Medellín.

Mentalidad resistente: se han sabido sobreponer a los momentos difíciles que han tenido en el torneo y a los partidos le han dado manejo adecuado en los momentos de ventaja.

El poderoso vuelve a disputar una final, esta vez ante un siempre complicado Júnior de Barranquilla. El rojo de Medellín espera darle una alegría inmensa a su afición, que seguramente cantará orgullosa: ¡Grita el pueblo clamoroso, viva el DIM el poderoso!