“Todo es permitido, menos rendirse”, Marcelo Bielsa.
Es fundamental para el fútbol, y en particular para el fútbol femenino, vivir de manera intensa, seria y competitiva la final de la Liga entre Independiente Santa Fe y el Deportivo Cali. El conjunto azucarero ganó 2-1 en la ida, dejando la serie abierta para la gran final en Bogotá, este viernes.
Aspectos claves para superar una derrota: vivir el dolor, aceptar la derrota y construir sobre el dolor (no quedar anclado a la derrota), mirar al próximo partido: se ha dejado de ganar algo, pero no se ha perdido nada, y buscar soluciones.
Los técnicos colombianos de los equipos femeninos en la final, Jhon Alber Ortiz (Cali) y Omar Ramírez han demostrado que están capacitados de manera integral para dirigir planteles profesionales y futuras selecciones de Colombia, ratificando las capacidades de los estrategas del fútbol colombiano.
El Deportivo Cali lleva una ventaja en el marcador, pero deberá plantear el partido de manera adecuada para mantenerla y coronarse campeón. La parte mental es clave; jugadoras como Manuela Pavi (ojalá se recupere), Luisa Agudelo e Íngrid Guerra, junto a sus demás compañeras, deben ratificar en el terreno de juego por qué ganaron el primer partido y así celebrar el segundo título para la institución azucarera, lo cual sería muy beneficioso.
Independiente Santa Fe, con tres títulos, va por el cuarto. Ya sabe jugar estas finales y tiene jugadoras de experiencia como Natalia Gaitán y María Camila Reyes, quienes, junto a otras jugadoras experimentadas, darán lo mejor de sí para que las juveniles eleven su desempeño futbolístico. Karla Torres, por ejemplo, marcó un golazo mostrando todo su potencial técnico, que seguramente será tenido en cuenta a escala internacional. En este partido final, profundizarán en lo que deben corregir para ser campeonas, trabajando lo mental, pensando en positivo, creyendo, confiando y teniendo paciencia.
Se aproxima una gran final, un encuentro que promete ser un espectáculo inolvidable. Ambas fanaticadas, con sus corazones latiendo al unísono, se preparan para vivir una jornada llena de pasión y emoción. Este partido no solo definirá un campeón, sino que también celebrará el espíritu del fútbol femenino, la dedicación y el esfuerzo de cada jugadora que ha dejado todo en el campo. Que esta final sea un ejemplo de deportividad y respeto, donde el verdadero ganador sea el fútbol y la unión de todos los aficionados. ¡Que gane el mejor y que el fútbol femenino siga brillando con luz propia.
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“Todo es permitido, menos rendirse”, Marcelo Bielsa.
Es fundamental para el fútbol, y en particular para el fútbol femenino, vivir de manera intensa, seria y competitiva la final de la Liga entre Independiente Santa Fe y el Deportivo Cali. El conjunto azucarero ganó 2-1 en la ida, dejando la serie abierta para la gran final en Bogotá, este viernes.
Aspectos claves para superar una derrota: vivir el dolor, aceptar la derrota y construir sobre el dolor (no quedar anclado a la derrota), mirar al próximo partido: se ha dejado de ganar algo, pero no se ha perdido nada, y buscar soluciones.
Los técnicos colombianos de los equipos femeninos en la final, Jhon Alber Ortiz (Cali) y Omar Ramírez han demostrado que están capacitados de manera integral para dirigir planteles profesionales y futuras selecciones de Colombia, ratificando las capacidades de los estrategas del fútbol colombiano.
El Deportivo Cali lleva una ventaja en el marcador, pero deberá plantear el partido de manera adecuada para mantenerla y coronarse campeón. La parte mental es clave; jugadoras como Manuela Pavi (ojalá se recupere), Luisa Agudelo e Íngrid Guerra, junto a sus demás compañeras, deben ratificar en el terreno de juego por qué ganaron el primer partido y así celebrar el segundo título para la institución azucarera, lo cual sería muy beneficioso.
Independiente Santa Fe, con tres títulos, va por el cuarto. Ya sabe jugar estas finales y tiene jugadoras de experiencia como Natalia Gaitán y María Camila Reyes, quienes, junto a otras jugadoras experimentadas, darán lo mejor de sí para que las juveniles eleven su desempeño futbolístico. Karla Torres, por ejemplo, marcó un golazo mostrando todo su potencial técnico, que seguramente será tenido en cuenta a escala internacional. En este partido final, profundizarán en lo que deben corregir para ser campeonas, trabajando lo mental, pensando en positivo, creyendo, confiando y teniendo paciencia.
Se aproxima una gran final, un encuentro que promete ser un espectáculo inolvidable. Ambas fanaticadas, con sus corazones latiendo al unísono, se preparan para vivir una jornada llena de pasión y emoción. Este partido no solo definirá un campeón, sino que también celebrará el espíritu del fútbol femenino, la dedicación y el esfuerzo de cada jugadora que ha dejado todo en el campo. Que esta final sea un ejemplo de deportividad y respeto, donde el verdadero ganador sea el fútbol y la unión de todos los aficionados. ¡Que gane el mejor y que el fútbol femenino siga brillando con luz propia.
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