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Conocí a Humberto a comienzos de los años 70 en Bogotá. Él era profesor de la Universidad Nacional, yo asesor del sindicato de la gran universidad, organización en ese momento afiliada a ASICUN-CGT. Humberto iba por las sedes de los sindicatos y por la zona industrial de Las Américas a distribuir el periódico Revolución Socialista. Desde entonces hicimos amistad y nos seguíamos mutuamente la pista, él desarrollaba una brillante carrera académica y yo desarrollaba mi compromiso con el movimiento sindical y político de los trabajadores.
Encuentros tuvimos en varias oportunidades en razón de la vinculación de ambos a la acción ciudadana por la paz política. En 1998 él publicó El Conflicto Político Armado en Colombia, negociación o guerra y yo mi primer libro referido al movimiento social de paz: Paz, recrear la democracia desde la sociedad civil. En 2009 fue nuestro último encuentro cara a cara, café incluido, acababa de publicar Obama, obamanía, obamaposibilidades, ejemplares del cual me pidió poner en manos de algunos dirigentes del PDA.
Pero nuestro nexo mayor fueron los Atisbos analíticos de los cuales, según él mismo, publicó cerca de 330 y que llegaron a tener cerca de 10.000 destinatarios, yo entre ellos desde el comienzo. A veces intercambiábamos un saludo o breve comentario.
Gigantesca obra sobre acontecimientos, coyunturas y procesos sociales, producida en un cuarto de siglo pero en realidad referida a más de medio siglo de vida colombiana, todo el tiempo del conflicto político armado quedó en ella reseñado con rica información fáctica, análisis riguroso y orientadores planteamientos prospectivos.
Palabras del propio Humberto sobre los Atisbos: “En mi biografía destaco el ámbito social de lo educativo docente, así como de lo investigativo colombiano; y en este contexto lo que más me ha llenado como realización personal han sido los 330 Atisbos Analíticos que hasta ahora he pergeñado sobre los procesos y dinámicas y fenómenos del secular conflicto armado que ha habido en el país durante las últimas 6 décadas. Se trata de 330 Ensayos entre 10 y 50 páginas que, vertidos a físicas cuartillas se pueden elevar a más de 6 mil. Como para reelaborar una historia de ese impactante conflicto”.
Humberto fue un académico de altísimas calidades, sin ínfulas, y un ciudadano inquieto, sensible y activo, sin mesianismo, con enorme capacidad de aporte a los retos de transformación cultural, social y política de la Colombia contemporánea. Gran maestro. Honor a su memoria.