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Si alguna causa justa hay hoy es la de las mujeres por ocupar todos los espacios y acceder a todas las responsabilidades y disfrutar de todas las posibilidades como corresponde a quienes constituyen la mitad de la humanidad y asumen la mayor parte del cuidado de todos y todas.
Un referente general para superar las condiciones de desigualdad social entre hombres y mujeres es lo que ha dado en llamarse democracia paritaria. En virtud de tal criterio se está superando lo que fue en los sindicatos, los partidos, los gabinetes, la cuota de participación del 30 %.
En la Corte Suprema de Justicia, nuestra admirada Corte, hay 23 magistraturas titulares y solo dos están actualmente ocupadas por mujeres. Por eso desde esta columna quiero apoyar la idea de que entre las nuevas designaciones haya un número considerable de mujeres, que las hay de sobra con preparación, idoneidad y mérito para ello.
Forma práctica de hacerlo es suscribir la carta que un amplio grupo de ciudadanas y ciudadanos ha preparado y que transcribo enseguida:
Honorables
MAGISTRADAS Y MAGISTRADOS
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Ciudad
Ref.: Solicitud para el cumplimiento de la participación de las mujeres en la Corte Suprema de Justicia
Honorables juristas:
Con nuestro atento y considerado saludo a la Corporación y para dar cumplimiento estricto a los artículos 13 y 43 de nuestra Carta Política, que consagran la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y la prohibición de la discriminación, nos permitimos solicitar que para llenar los cargos vacantes que actualmente tiene la Corte Suprema sean nombradas mujeres, como en derecho y derechos corresponde, toda vez que en la actualidad solamente dos mujeres forman parte de una Corporación de 23 miembros, lo que equivale a hablar de una escasa representación del 8,6% muy lejana del 30% ordenado en la Ley 581 de 2000.
Siendo esa H. Corte el máximo tribunal de la Jurisdicción Ordinaria del país, está llamada, como ninguna otra institución, a cumplir con lo ordenado por la normatividad dentro del concurso de méritos que ustedes están a punto de finiquitar. Con el nombramiento de cuatro mujeres para llenar dos vacantes de la Sala Penal, y otras dos de las Salas Civil y Laboral, se aproximarían al 30% del que trata la Ley 581 y mostrarían su voluntad de dar cumplimiento pleno a la transversalización de los temas de género que fueron un compromiso de la Corporación en 2008 y que implican no solamente el enriquecimiento de la línea jurisprudencial en relación con la perspectiva de género, sino la inclusión dentro del seno de la misma Corte.
Nuestro interés, como el del país, es tener la representación de género y diversidad en las Altas Corporaciones de Justicia, que es una deuda histórica que esta Corte tiene la oportunidad de saldar. Las mujeres contribuimos a la construcción de una sociedad más equitativa y deben sernos reconocidos nuestros derechos en condiciones de igualdad. El cumplimiento efectivo de las disposiciones constitucionales y legales es un propósito que seguramente compartimos con ustedes, pues no podemos seguir siendo una Nación pletórica de derechos en nuestra Constitución y, en la realidad, carente de todos ellos.
El Consejo Superior de Judicatura ha presentado a su consideración cuatro listas paritarias en las que todas las mujeres propuestas cumplen con los requisitos éticos, intelectuales y profesionales para ejercer los cargos, como así lo demuestran sus impecables hojas de vida y trayectorias laborales. Corresponde a ustedes no ser inferiores a la propuesta del Consejo Superior y escoger mujeres que efectivamente nos representen.
La participación de la mujer en las Altas Cortes es una necesidad democrática, de dignidad y de derecho y un deber con nuestras conciudadanas, con toda la nación y con las normativas nacionales e internacionales que así lo avalan y exigen.
Cordialmente.
Para firmar se puede emplear este enlace: http://forms.gle/xumpPwztHaFCpXnn9