Ariela Camhi (29 años): repostera, cocinera y algo así como una maga de la cocina moderna…
Con un ADN gastronómico, sabores heredados y habiendo crecido en medio de las cocinas, empezó su formación profesional junto a Myriam Camhi, por obvias razones. Durante algo mas de tres años aprendió, perfeccionó y fortaleció su corazón de repostera al lado de una de las insignias de la cocina colombiana. Sin embargo, algo le decía que era hora de dar el salto y enfrentarse a un nuevo reto. Entonces, decidió emprender una particular experiencia de aprendizaje no solo culinario, sino de vida.
Israel fue su hogar por un poco más de un año. Un viaje que cambió su mirada para siempre, pues pasó de vivir en una cultura cálida y simpática como la nuestra, a enfrentarse a una realidad completamente opuesta a la de su día a día. Este viaje le reforzó su capacidad de trabajo, su conocimiento de pastelera y le dejo ver con claridad lo que soñaba, lo que hoy es su cocina: “Eficiencia, no perder el tiempo y mantener la delicadeza de una de las artes más difíciles de la cocina: la repostería”, explica Ariela. Es una fórmula matemáticamente perfecta, que aprendió en la crudeza de una experiencia culinaria que cambió su vida.
“Crecí con la pastelería de mi abuela, con unas fuertes raíces de cocina francesa mezcladas con lo propio de la cocina colombiana. Una cocina más elegante, (…) para eventos, que me permitió saber que buscar el producto perfecto y un cliente satisfecho iba a ser lo importante”, recuerda. Cuando empezó a formarse, descubrió en el camino que existían también esos postres casuales, rústicos, que se comen con la mano o con cuchara sin importar el momento, y que la hacían muy feliz. De ahí nace @chocolatechimpco, un lugar donde conseguirán “ese postre que en un viaje me hizo sentir esa combinación perfecta de sabores y texturas, que sentí cuando probé el banana pudding de @magnoliabakery.”
Chocolate Chimp es un lugar especializado en cocina para el alma, comida que reconforta al comensal en esta difícil época de pandemia, y donde los domicilios se convierten en esos momentos de dicha que nos sacan de la angustia del encierro.
En su menú lo clave es lo sencillo pero fantástico: chocolate, banano y productos frescos para sus sopas. Ariela investigó cada uno de los ingredientes de la receta clásica del pudín, y fue encontrando sus creaciones para lograr esa galleta perfecta que no pararán de comer después del primer bocado. Modificó su crema y la llevó a tener no una crema de vainilla, sino una de banano de ensueño. Por su parte, la torta de chocolate llegó al menú simplemente porque un visitante de su local no quería galletas de chips, sino una buena tajada de torta. De las galletas solo puedo decir que todas son mortalmente adictivas, pero las mejores, para mi gusto, son las que tienen su toque secreto: una masa con los ingredientes clásicos del Corn Flakes.
Las tres sopas de la carta, que hoy pueden llevar congeladas, vienen con un lindo comentario: “Somos una familia sopera. Por tanto, incursioné en ellas para lograr una sopa que sea simplemente el sabor real de una verdura sin lácteos, sin nada diferente a lo básico”.
Viajar la hizo entender que en Colombia tenía la oportunidad de compartir lo que de alguna forma le había enloquecido de otros lugares, permitiéndole generar empleo, cambiar la oferta de postres locales e incursionar en un negocio que atiende ella misma desde y con el corazón. Investigación, productos locales, mucho trabajo y todo lo que con amor recibió de su familia en la cocina hacen de Chocolate Chimp ese lugar soñado para quienes amamos las galletas de chocolate.
Una cocina oculta junto con un excelente servicio de domicilio hacen que esta operación sea exitosa, y abre camino a otra joven cocinera a quien la pandemia, más que dolores de cabeza, le ha traído toda una deliciosa experiencia con clientes, productos y recuerdos: “Si la pandemia me mostró algo es que un negocio de familia, como Chocolate Chimp, se mueve en torno a lo que nos gusta, lo que nos estremece… y eso son los postres”, afirma Ariela. Por eso, no dejen de pedir y probar, porque les garantizo que se van a quedar.
Ariela Camhi (29 años): repostera, cocinera y algo así como una maga de la cocina moderna…
Con un ADN gastronómico, sabores heredados y habiendo crecido en medio de las cocinas, empezó su formación profesional junto a Myriam Camhi, por obvias razones. Durante algo mas de tres años aprendió, perfeccionó y fortaleció su corazón de repostera al lado de una de las insignias de la cocina colombiana. Sin embargo, algo le decía que era hora de dar el salto y enfrentarse a un nuevo reto. Entonces, decidió emprender una particular experiencia de aprendizaje no solo culinario, sino de vida.
Israel fue su hogar por un poco más de un año. Un viaje que cambió su mirada para siempre, pues pasó de vivir en una cultura cálida y simpática como la nuestra, a enfrentarse a una realidad completamente opuesta a la de su día a día. Este viaje le reforzó su capacidad de trabajo, su conocimiento de pastelera y le dejo ver con claridad lo que soñaba, lo que hoy es su cocina: “Eficiencia, no perder el tiempo y mantener la delicadeza de una de las artes más difíciles de la cocina: la repostería”, explica Ariela. Es una fórmula matemáticamente perfecta, que aprendió en la crudeza de una experiencia culinaria que cambió su vida.
“Crecí con la pastelería de mi abuela, con unas fuertes raíces de cocina francesa mezcladas con lo propio de la cocina colombiana. Una cocina más elegante, (…) para eventos, que me permitió saber que buscar el producto perfecto y un cliente satisfecho iba a ser lo importante”, recuerda. Cuando empezó a formarse, descubrió en el camino que existían también esos postres casuales, rústicos, que se comen con la mano o con cuchara sin importar el momento, y que la hacían muy feliz. De ahí nace @chocolatechimpco, un lugar donde conseguirán “ese postre que en un viaje me hizo sentir esa combinación perfecta de sabores y texturas, que sentí cuando probé el banana pudding de @magnoliabakery.”
Chocolate Chimp es un lugar especializado en cocina para el alma, comida que reconforta al comensal en esta difícil época de pandemia, y donde los domicilios se convierten en esos momentos de dicha que nos sacan de la angustia del encierro.
En su menú lo clave es lo sencillo pero fantástico: chocolate, banano y productos frescos para sus sopas. Ariela investigó cada uno de los ingredientes de la receta clásica del pudín, y fue encontrando sus creaciones para lograr esa galleta perfecta que no pararán de comer después del primer bocado. Modificó su crema y la llevó a tener no una crema de vainilla, sino una de banano de ensueño. Por su parte, la torta de chocolate llegó al menú simplemente porque un visitante de su local no quería galletas de chips, sino una buena tajada de torta. De las galletas solo puedo decir que todas son mortalmente adictivas, pero las mejores, para mi gusto, son las que tienen su toque secreto: una masa con los ingredientes clásicos del Corn Flakes.
Las tres sopas de la carta, que hoy pueden llevar congeladas, vienen con un lindo comentario: “Somos una familia sopera. Por tanto, incursioné en ellas para lograr una sopa que sea simplemente el sabor real de una verdura sin lácteos, sin nada diferente a lo básico”.
Viajar la hizo entender que en Colombia tenía la oportunidad de compartir lo que de alguna forma le había enloquecido de otros lugares, permitiéndole generar empleo, cambiar la oferta de postres locales e incursionar en un negocio que atiende ella misma desde y con el corazón. Investigación, productos locales, mucho trabajo y todo lo que con amor recibió de su familia en la cocina hacen de Chocolate Chimp ese lugar soñado para quienes amamos las galletas de chocolate.
Una cocina oculta junto con un excelente servicio de domicilio hacen que esta operación sea exitosa, y abre camino a otra joven cocinera a quien la pandemia, más que dolores de cabeza, le ha traído toda una deliciosa experiencia con clientes, productos y recuerdos: “Si la pandemia me mostró algo es que un negocio de familia, como Chocolate Chimp, se mueve en torno a lo que nos gusta, lo que nos estremece… y eso son los postres”, afirma Ariela. Por eso, no dejen de pedir y probar, porque les garantizo que se van a quedar.