Esta semana tuve una de las experiencias más bonitas de esta época de trabajo desde casa y algo de tiempo extra para jugar en la cocina. Vi en un post de Instagram que una amiga estaba haciendo una receta muy especial de un sourdough, un pan de origen europeo que se hace con masa madre y tiene un alto grado de complejidad en su elaboración. Realmente es de grandes ligas, pero para mí entre más grande el reto más emocionante la experiencia.
Al comentarle a mi amiga sobre mi antojo no solo de probarlo sino de aprender a hacerlo, tuve una respuesta tan bonita y entusiasta que terminó en un amoroso regalo de 150gr de masa madre para seguir cuidando, alimentando y haciendo crecer, para pronto preparar mis propios panes. Se imaginarán desde ya la tanda de hogazas frescas que pasarán por el horno este finde, ¡que se tengan en casa!
No se si les sucede a ustedes, pero siento que aparte de que en esta época se haya despertado en muchos la inquietud de cocinar, de hornear y conseguir recetas, lo más importante es ese compartir desinteresado y generoso, no solo de insumos y alimentos, sino de recetas, que antes guardábamos como secretos de Estado, como si eso nos hiciera superiores.
Yo lo llamo el “cambis cambeo”, el trueque milenario de los campesinos: tú me das y yo te doy. Pero esta época viene con la maravillosa ñapa de que nos estamos dando, más que cosas, un amor por lo que se investiga, por lo que se hace, se cultiva y se cosecha. Las lechugas orgánicas, las deliciosas y dulces cebollas largas de mi huerta y las muy colombianas curubas de la enredadera de la cerca han sido el regalo perfecto para mis amigos, que a su vez me mandan salsas boloñesas, mermeladas de naranja o sus brownies caseros.
Panes van y vienen en esta danza de regalos de vecinos y amigos, como el pan keto que me envió una amiga que adoro, esponjoso con orégano y queso parmesano, o el pan integral de banano que no puede faltar para compartir con la vecindad después de almuerzo. Los invito a que rotemos recetas y regalemos amor. Para eso, dejen sus experiencias de “cambis cambeo” en todos los grupos que puedan en Facebook, como “Airfryer”, “Instapot” y demás.
Para los que son de redes sociales, hay varias páginas muy interesantes para seguir, de todos los temas y sabores: recetas, especializadas en pasta, pan, huertas. Además, se están haciendo grupos deliciosos y llenos de buena conversación gastronómica. Hoy los invito a que busquen “¡Pasión por la cocina!”, un espacio en Facebook donde tanto expertos como principiantes dejan temas, foros, fotos, recetas, experiencias y, sobre todo, ese amor por cocinar y compartir.
Esta semana tuve una de las experiencias más bonitas de esta época de trabajo desde casa y algo de tiempo extra para jugar en la cocina. Vi en un post de Instagram que una amiga estaba haciendo una receta muy especial de un sourdough, un pan de origen europeo que se hace con masa madre y tiene un alto grado de complejidad en su elaboración. Realmente es de grandes ligas, pero para mí entre más grande el reto más emocionante la experiencia.
Al comentarle a mi amiga sobre mi antojo no solo de probarlo sino de aprender a hacerlo, tuve una respuesta tan bonita y entusiasta que terminó en un amoroso regalo de 150gr de masa madre para seguir cuidando, alimentando y haciendo crecer, para pronto preparar mis propios panes. Se imaginarán desde ya la tanda de hogazas frescas que pasarán por el horno este finde, ¡que se tengan en casa!
No se si les sucede a ustedes, pero siento que aparte de que en esta época se haya despertado en muchos la inquietud de cocinar, de hornear y conseguir recetas, lo más importante es ese compartir desinteresado y generoso, no solo de insumos y alimentos, sino de recetas, que antes guardábamos como secretos de Estado, como si eso nos hiciera superiores.
Yo lo llamo el “cambis cambeo”, el trueque milenario de los campesinos: tú me das y yo te doy. Pero esta época viene con la maravillosa ñapa de que nos estamos dando, más que cosas, un amor por lo que se investiga, por lo que se hace, se cultiva y se cosecha. Las lechugas orgánicas, las deliciosas y dulces cebollas largas de mi huerta y las muy colombianas curubas de la enredadera de la cerca han sido el regalo perfecto para mis amigos, que a su vez me mandan salsas boloñesas, mermeladas de naranja o sus brownies caseros.
Panes van y vienen en esta danza de regalos de vecinos y amigos, como el pan keto que me envió una amiga que adoro, esponjoso con orégano y queso parmesano, o el pan integral de banano que no puede faltar para compartir con la vecindad después de almuerzo. Los invito a que rotemos recetas y regalemos amor. Para eso, dejen sus experiencias de “cambis cambeo” en todos los grupos que puedan en Facebook, como “Airfryer”, “Instapot” y demás.
Para los que son de redes sociales, hay varias páginas muy interesantes para seguir, de todos los temas y sabores: recetas, especializadas en pasta, pan, huertas. Además, se están haciendo grupos deliciosos y llenos de buena conversación gastronómica. Hoy los invito a que busquen “¡Pasión por la cocina!”, un espacio en Facebook donde tanto expertos como principiantes dejan temas, foros, fotos, recetas, experiencias y, sobre todo, ese amor por cocinar y compartir.