“Ven sale a la calle, sal a caminar.
En la calle, algo bueno va a pasar.
Ven sale a la calle, ven sale a la calle,
ven sale a la calle, que allí vive tu ciudad”
Compañía Ilimitada, ‘La Calle’
Comer en la calle se ha convertido en un muy buen plan en Bogotá. En los últimos días visité un par de lugares en la 78 con 24 y quedé gratamente sorprendida de la calidad de los productos y de las delicias que uno puede encontrar si pasea por el corazón del barrio San Felipe. Cervecerías, taquerías, panaderías de barrio y un maravilloso tejo que, al parecer, es el plan de moda después de trabajar.
Entre las muchas cosas que me sorprendieron encontré tres denominadores comunes en esta cuadra y media, llena de talleres y de muchos negocios llenos de vida hace ya un par de años. El primero son los grandes y coloridos murales, que alegran la caminata. Luego están los andenes limpios, casi que un milagro en esta ciudad, y finalmente tenemos el compromiso de los negocios y de estos emprendedores, que cuidan de su clientela propia y de los vecinos, para seguir creciendo todos juntos punto culinario y de entretenimiento de la ciudad. El barrio San Felipe se consolida como epicentro cultural, gastronómico y de buen plan en la Bogotá, hay una excelente propuesta de platos y sabores, que se ha ampliado con gran éxito. Y a la cual hay que sumarle ahora la #cuadramex, ubicada en la calle 78, entre carreras 24 y 26.
Esta zona es, además, un ejemplo de barrios que han entendido que más que nombres y fronteras invisibles, lo que permite crecer y traer nuevos negocios es invertir y cuidar los espacios públicos, atrayendo clientes, visitantes y proyectos que poco a poco logran cambiarle la cara a la ciudad.
La #cuadramex, como se le conoce a este par de calles, tiene varias delicitas preparadas en cocinas ocultas, como los tacos de birria de @rogelioredtacos, o los suculentos esquites con chicharrón de @chayitoesquites. En el caso de Rogelio es simplemente una ventana llena de sabor, mientras que los esquites se encuentran en un mostrador con las opciones que hay para el día: chicharrón, birria, tuétano y el tipo de los chiles que cada comensal quiera ponerle.
La escena tiene su magia: de un lado, una calle llena de carros esperando su turno en el taller, mientras que en la acera de enfrente hacemos fila por la bandeja de Rogelio. Los rojos, como se les conoce por el color de sus crocantes tortillas, se sirven en tostadas, tacos o “Quesabirria”, una clásica quesadilla; acompañados por una buena taza de caldo y salsa roja picante. Esta birria es suculenta, llena de sabores y con un tinte muy especial, pues es deshebrada, lo que quiere decir que no es una carne desmechada cualquiera. Ahora, hay que decir que amo la carne desmechada, pero esta es cosa seria.
No esperen un restaurante con paredes, pues la experiencia es comer en la calle, como Dios manda. Entonces, en el andén encontrarán pequeñas mesas altas o latas metálicas pintadas de rojo y amarillo. Cerveza, horchata o aguas frescas para acompañar y, eso sí, mucha actitud a la hora de comer en el andén. Si quieren sumar esquites para tener un plato muy mexicano, solo caminen un par de locales más abajo, y ahí se toparán con Chayito, un lugar sencillo y de servicio rápido, donde los esquites son únicos en Bogotá. Hechos con maíz tierno nacional no enlatado, chile que pica y repica y un caldo que sirve de base a esta delicia mexicana que, con un poco de limón, mayonesa, queso y chicharrón (en mi caso), es un suculento plato que da hasta para compartir.
Estos dos lugares sirven comida mexicana de verdad-verdad, con sabores únicos y poco comunes, al compararlos con lo que estamos acostumbrados en la ciudad. Por eso vale la pena probarlos, y repetir. Quítense los prejuicios del lugar y vayan a conocer y gozar. Estoy segura de que no les hará falta la gran parafernalia de otras zonas, y saldrán tan contentos que querrán cruzar la carrera 24 nuevamente para llegar, directo, a una cervecería que ubicarán por el tamaño del mural. Como dicen por ahí: “Sin sillas, baños o wifi, solo calle”, y así es que van a disfrutar.
“Ven sale a la calle, sal a caminar.
En la calle, algo bueno va a pasar.
Ven sale a la calle, ven sale a la calle,
ven sale a la calle, que allí vive tu ciudad”
Compañía Ilimitada, ‘La Calle’
Comer en la calle se ha convertido en un muy buen plan en Bogotá. En los últimos días visité un par de lugares en la 78 con 24 y quedé gratamente sorprendida de la calidad de los productos y de las delicias que uno puede encontrar si pasea por el corazón del barrio San Felipe. Cervecerías, taquerías, panaderías de barrio y un maravilloso tejo que, al parecer, es el plan de moda después de trabajar.
Entre las muchas cosas que me sorprendieron encontré tres denominadores comunes en esta cuadra y media, llena de talleres y de muchos negocios llenos de vida hace ya un par de años. El primero son los grandes y coloridos murales, que alegran la caminata. Luego están los andenes limpios, casi que un milagro en esta ciudad, y finalmente tenemos el compromiso de los negocios y de estos emprendedores, que cuidan de su clientela propia y de los vecinos, para seguir creciendo todos juntos punto culinario y de entretenimiento de la ciudad. El barrio San Felipe se consolida como epicentro cultural, gastronómico y de buen plan en la Bogotá, hay una excelente propuesta de platos y sabores, que se ha ampliado con gran éxito. Y a la cual hay que sumarle ahora la #cuadramex, ubicada en la calle 78, entre carreras 24 y 26.
Esta zona es, además, un ejemplo de barrios que han entendido que más que nombres y fronteras invisibles, lo que permite crecer y traer nuevos negocios es invertir y cuidar los espacios públicos, atrayendo clientes, visitantes y proyectos que poco a poco logran cambiarle la cara a la ciudad.
La #cuadramex, como se le conoce a este par de calles, tiene varias delicitas preparadas en cocinas ocultas, como los tacos de birria de @rogelioredtacos, o los suculentos esquites con chicharrón de @chayitoesquites. En el caso de Rogelio es simplemente una ventana llena de sabor, mientras que los esquites se encuentran en un mostrador con las opciones que hay para el día: chicharrón, birria, tuétano y el tipo de los chiles que cada comensal quiera ponerle.
La escena tiene su magia: de un lado, una calle llena de carros esperando su turno en el taller, mientras que en la acera de enfrente hacemos fila por la bandeja de Rogelio. Los rojos, como se les conoce por el color de sus crocantes tortillas, se sirven en tostadas, tacos o “Quesabirria”, una clásica quesadilla; acompañados por una buena taza de caldo y salsa roja picante. Esta birria es suculenta, llena de sabores y con un tinte muy especial, pues es deshebrada, lo que quiere decir que no es una carne desmechada cualquiera. Ahora, hay que decir que amo la carne desmechada, pero esta es cosa seria.
No esperen un restaurante con paredes, pues la experiencia es comer en la calle, como Dios manda. Entonces, en el andén encontrarán pequeñas mesas altas o latas metálicas pintadas de rojo y amarillo. Cerveza, horchata o aguas frescas para acompañar y, eso sí, mucha actitud a la hora de comer en el andén. Si quieren sumar esquites para tener un plato muy mexicano, solo caminen un par de locales más abajo, y ahí se toparán con Chayito, un lugar sencillo y de servicio rápido, donde los esquites son únicos en Bogotá. Hechos con maíz tierno nacional no enlatado, chile que pica y repica y un caldo que sirve de base a esta delicia mexicana que, con un poco de limón, mayonesa, queso y chicharrón (en mi caso), es un suculento plato que da hasta para compartir.
Estos dos lugares sirven comida mexicana de verdad-verdad, con sabores únicos y poco comunes, al compararlos con lo que estamos acostumbrados en la ciudad. Por eso vale la pena probarlos, y repetir. Quítense los prejuicios del lugar y vayan a conocer y gozar. Estoy segura de que no les hará falta la gran parafernalia de otras zonas, y saldrán tan contentos que querrán cruzar la carrera 24 nuevamente para llegar, directo, a una cervecería que ubicarán por el tamaño del mural. Como dicen por ahí: “Sin sillas, baños o wifi, solo calle”, y así es que van a disfrutar.