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“Nuestro viaje comienza con el despertar. Bienvenidos a una nueva era...”. La guerra de las galaxias
Siempre hemos soñado con la comida intergaláctica de Los Supersónicos o de las películas de La guerra de las galaxias: la comida del futuro, esa que vemos perseguir a los astronautas que vuelan en el espacio. Pero también queremos mantener esa línea de Los Picapiedra donde todo es básico y los productos de la tierra juegan un papel crucial a la hora de sentarnos a la mesa.
Hace poco tuve la dicha de conocer el nuevo desafío de Disney Star Wars: Galaxy’s Edge, el parque temático dedicado a esta famosa saga de películas, series y personajes que nos ha movido el corazón por décadas. La experiencia es fascinante: las horas se pasan entre conocer el Millennium Falcon, un simulador maravilloso de la preparación para ser parte del equipo de pilotos de la nave espacial, y disfrutar de un día normal en “una galaxia muy muy lejana” cerca de la princesa Leía, Chewbacca arreglando su avión o los troopers vigilando la zona. Cada detalle es impecable, no hay un solo momento donde uno pueda dejar de soñar que a la vuelta de la esquina estarán R2-D2 con Luke Skywalker esperándonos.
Y creo firmemente que la oportunidad de conocer Batuu (“Un planeta remoto, cubierto con bosques y montañas, localizado en el borde exterior de los territorios de la galaxia de La guerra de las galaxias, siendo el puesto de avanzada justo antes del Espacio Salvaje”, según explicó Erin Glover, del equipo de comunicaciones de Disney, en agosto de 2015 cuando se anunció la construcción de esta experiencia) no solo nos alegró el corazón a todos los fanáticos que por años soñamos con experimentar algo cercano a lo que veíamos en las pantallas, también nos ha abierto una ventana para conocer una comida más aterrizada, una guerra por la alimentación que parece de otras galaxias.
Como buen parque de diversiones, parte de la experiencia gastronómica siempre serán los perros calientes y las hamburguesas que son una tradición histórica de estos lugares. Sin embargo, Batuu nos sorprende con la posibilidad de disfrutar y compartir con los más pequeños experiencias gastronómicas sanas, que los invitan a probar desde un espacio fuera de este mundo. ¡En Docking Bay 7 Food and Cargo, restaurante que recrea el hangar o parqueadero de las naves interespaciales, me comí la carne más tierna y sabrosa de los últimos tiempos! Con una carta pequeña pero muy balanceada entre pescado, pollo, productos veganos y algo dulce, este espacio es ideal para recargar baterías, pues las carnes, la quinua, los vegetales y las mezclas de sabores les dan vida a momentos únicos. La apuesta por incluir productos sanos como la quinua, carnes magras, kafta, pocas harinas y grandes porciones de verduras hacen que este lugar nos enseñe a todos algo de lo que realmente es la comida del futuro: buenos sabores, pero equilibrados.
También pasé por Ronto Roasters, claramente el preferido de todos, pues sus wraps de carnes al carbón y extrañas pero deliciosas salsas son un merecido premio para superar el cansancio.
Por último, este recorrido “intergaláctico” ofrece dos espacios para que grandes y chicos se refresquen con bebidas “fuera de este mundo”. En la Cantina de Oga son recibidos con muy buena música, que acompaña a la perfección jugos y brebajes muy llamativos para los pequeños, o cocteles verdaderamente novedosos para los tripulantes mayores. Milk Stand, por su parte, es una colorida y refrescante parada para unas bebidas donde el color y el sabor se convierten en la excusa perfecta para esperar la siguiente presentación de los troopers.
Sin importar la edad, o si se es fanático de la saga o no, es imposible ir al parque y no perderse en esta deliciosa galaxia lejana.