Orson Welles y Charles Chaplin son dos de los genios indiscutibles que ha dado el arte cinematográfico. Cada uno de ellos no solo hizo grandes películas, sino que también los dos contribuyeron con ellas a avanzar los conceptos del cine en tal forma que su influencia aún se siente en nuestros días. Orson Welles fue uno de los creadores que más influencia tuvo en la historia del cine y una de sus cintas, El ciudadano Kane, invariablemente figura entre las mejores, si no la mejor, películas de la historia. Chaplin, que supo mezclar la farsa cómica con momentos de emoción, ha sido igualmente una figura considerada como básica en el desarrollo de la narrativa cinematográfica.
Es por eso interesante recordar la ocasión en que los dos estuvieron a punto de hacer una película juntos. Esta es una historia poco sabida y por eso vale la pena traerla a cuento. Mientras Welles estaba aún en la cima de la fama, en 1941, recién terminado El ciudadano, comenzó a escribir un guion que bautizó provisionalmente como El asesino de damas, que era una especie de documental dramatizado alrededor del asesino francés en serie Enrique Landrú. En una reunión con Chaplin, Welles le ofreció hacer la película juntos, con él dirigiendo y Chaplin en el papel protagonista y este aceptó en principio. Welles avanzó con su libreto, pero eventualmente Chaplin decidió que hacía mucho tiempo que él no era dirigido por otros y decidió apartarse de esa sociedad con Welles. Sin embargo, la idea le gustó tanto, que ofreció comprar los derechos del guion de Orson Welles y este se los cedió. Ese fue el origen de la cinta de Chaplin Monsieur Verdoux, que fue estrenada en 1947 y en la cual incluso en los créditos se informa que el libreto es de Charles Chaplin, basado en una idea de Orson Welles. Chaplin consideró esta “la película más inteligente y brillante de mi carrera” y aunque la opinión de los críticos en su tiempo fue muy de medias aguas, hoy día es considerada como uno de sus mejores filmes. Welles, sin embargo, fue menos caritativo. En una entrevista hecha años más tarde, en la cual le preguntaron por ese intento de colaboración, Welles manifestó que si él hubiera hecho la cinta su versión habría sido mucho mejor.
Sea como fuere, es muy frustrante saber cómo esos dos genios estuvieron a punto de compartir laureles en un mismo filme y uno no puede menos de preguntarse cuál hubiera sido el resultado final, ya que cada uno a su manera hubiera aportado su genio a algo de gran categoría.
Orson Welles y Charles Chaplin son dos de los genios indiscutibles que ha dado el arte cinematográfico. Cada uno de ellos no solo hizo grandes películas, sino que también los dos contribuyeron con ellas a avanzar los conceptos del cine en tal forma que su influencia aún se siente en nuestros días. Orson Welles fue uno de los creadores que más influencia tuvo en la historia del cine y una de sus cintas, El ciudadano Kane, invariablemente figura entre las mejores, si no la mejor, películas de la historia. Chaplin, que supo mezclar la farsa cómica con momentos de emoción, ha sido igualmente una figura considerada como básica en el desarrollo de la narrativa cinematográfica.
Es por eso interesante recordar la ocasión en que los dos estuvieron a punto de hacer una película juntos. Esta es una historia poco sabida y por eso vale la pena traerla a cuento. Mientras Welles estaba aún en la cima de la fama, en 1941, recién terminado El ciudadano, comenzó a escribir un guion que bautizó provisionalmente como El asesino de damas, que era una especie de documental dramatizado alrededor del asesino francés en serie Enrique Landrú. En una reunión con Chaplin, Welles le ofreció hacer la película juntos, con él dirigiendo y Chaplin en el papel protagonista y este aceptó en principio. Welles avanzó con su libreto, pero eventualmente Chaplin decidió que hacía mucho tiempo que él no era dirigido por otros y decidió apartarse de esa sociedad con Welles. Sin embargo, la idea le gustó tanto, que ofreció comprar los derechos del guion de Orson Welles y este se los cedió. Ese fue el origen de la cinta de Chaplin Monsieur Verdoux, que fue estrenada en 1947 y en la cual incluso en los créditos se informa que el libreto es de Charles Chaplin, basado en una idea de Orson Welles. Chaplin consideró esta “la película más inteligente y brillante de mi carrera” y aunque la opinión de los críticos en su tiempo fue muy de medias aguas, hoy día es considerada como uno de sus mejores filmes. Welles, sin embargo, fue menos caritativo. En una entrevista hecha años más tarde, en la cual le preguntaron por ese intento de colaboración, Welles manifestó que si él hubiera hecho la cinta su versión habría sido mucho mejor.
Sea como fuere, es muy frustrante saber cómo esos dos genios estuvieron a punto de compartir laureles en un mismo filme y uno no puede menos de preguntarse cuál hubiera sido el resultado final, ya que cada uno a su manera hubiera aportado su genio a algo de gran categoría.