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El rey que consideró que el Estado era de él

Manuel Drezner
25 de octubre de 2024 - 03:25 p. m.
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Que los mandatarios crean que ellos son absolutos no es cosa nueva y ha habido ejemplos en la historia que lo demuestran. El reinado en Francia de Luis XIV, al que apodaron “Rey sol”, es un ejemplo elocuente. En sus tiempos, la nobleza tenía una influencia casi tanta como la del rey y eso no le gustó a Luis XIV. Entonces, para disminuir su poder, hizo algo novedoso: creó una etiqueta cortesana tan complicada en la que dio prerrogativas para estar cerca del rey. Los nobles se dedicaron a buscar influencia a través de vicios, tahurismo y disipación, con lo cual, sin darse cuenta, perdieron su poder.

Cuando el parlamento francés quiso objetar el presupuesto presentado por el rey, pues querían proteger los intereses del Estado, la respuesta del monarca fue la famosa frase “El estado soy yo”. De todos modos, cuando trató de aumentar los impuestos en 1648, se encontró con la oposición de la nobleza, del parlamento y de casi toda la población de Francia, y eso originó una guerra civil que fue llamada la Fronda. Con la ayuda del Cardenal Mazarino, Luis XIV ofreció alivios, pero a la larga se echó para atrás y de alguna forma acabó triunfante.

Luis XIV había accedido al trono cuando tenía solo cinco años y, por mucho tiempo, el país fue regido por su madre, Ana de Austria, y el cardenal Mazarino. Los rumores afirmaban que el verdadero padre de Luis XIV era este cardenal, ya que el presunto padre, el rey Luis XIII, poco visitaba la alcoba de la reina y, de todas formas, prefería los varones.

Luis XIV fue apodado Rey sol porque le gustaba participar en presentaciones de ballet vestido como el astro rey, aunque los aduladores decían que el sobrenombre se lo había ganado porque su gloria iluminaba a Europa. Durante su reino decidió revocar el Edicto de Nantes, que garantizaba a los protestantes la libertad de cultos, lo cual ocasionó que emigraran cantidad de franceses valiosos.

Sus ministros Colbert y Louvois intentaron sanear las finanzas, pero las extravagancias del rey, tales como la construcción de Versalles, acabaron con todo intento de tener una economía viable y el país quedó en la ruina cuando murió.

Al paso de la procesión fúnebre, el pueblo lanzó gritos de desprecio que dejaron intuir la revolución que vendría pocos años más tarde. Su intento de que su sucesor fuera su hijo ilegítimo con Madame de Montespan fue echado atrás por el parlamento y ese nuevo poder acabó en ese mismo siglo XVIII con la monarquía. O sea, el Estado no fue él por mucho tiempo.

 

Myriam(35204)26 de octubre de 2024 - 11:56 p. m.
Hasta que punto las extravagancias de los reyes, que en su epoca fueron tan criticadas por sus subditos y claro llegaron a odiarlos sin limites, pero a principios del año conoci el palacio de Versalles, han pasado como seis siglos creo y es tan fastuoso, que creo que los franceses dificilmente dejaran de recibir magnificas ganancias gracias a estos reyes que derrocharon las arcas del pais, entonces no fueon dineros malversados
Sebastián(54861)26 de octubre de 2024 - 11:39 p. m.
[4 de 5] Hay datos históricos que refuerzan la opinión de que esa frase es una leyenda urbana. Supuestamente Luis XIV la dijo el 13 abril 1655 ante el Parlamento de París que se oponía al aumento de impuestos, principalmente a la nobleza, decretados por el rey en varios edictos, y se alzaba contra el rey; Luis contaba apenas 16 años, todavía estaba bajo la influencia de la reina Ana de Austria, su mamá, y del cardenal Mazarino, su ministro más influyente y muy cercano a la reina madre
Sebastián(54861)26 de octubre de 2024 - 11:38 p. m.
[5 de 5] (algunas fuentes dicen que era el papá biológico del rey), y no tenía ni asomos de la preponderancia absolutista que alcanzó desde cuando trasladó la corte al Palacio de Versalles (1682) hasta su muerte. Por lo tanto, si a los 16 años Luis no era un monarca absolutista y estaba bajo la influencia de Ana de Austria y el cardenal Mazarino, es improbable que considerara que ‘El Estado soy yo’. Sebastián Felipe
Sebastián(54861)26 de octubre de 2024 - 09:12 p. m.
[1 de 3] Es cierto que a Luis XIV, llamado el Rey Sol o Luis el Grande (Saint Germain en Laye, 5 sep. 1638 - Versalles, 1 sep. 1715), figura cumbre del absolutismo monárquico francés y mundial, se le atribuye la frase «L’État c’est moi» (El Estado soy yo), frase con la que se caracteriza el absolutismo o creencia de que todo el poder del Estado reside en el monarca (monarquía absoluta), pero se trata de una leyenda urbana, no hay registro de que la haya dicho,
Sebastián(54861)26 de octubre de 2024 - 09:11 p. m.
[2 de 3] aunque se la atribuyeron en vida y está acorde con su personalidad y poder absoluto, reinó 72 años. Un ejemplo del absolutismo en todo cuanto le concernía es el despropósito de su cocina real en el Palacio de Versalles que reformó - amplió y adonde pasó la corte francesa en 1682: «La cocina real ocupaba no menos de 96 supervisores nobles, entre ellos 36 mayordomos, 16 inspectores, 12 chambelanes y 1 chambelán principal.
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