En el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y como parte del llamativo Festival de Música Religiosa, la Orquesta Sinfónica de Colombia bajo la dirección de Arthur Fagen, presentó la Segunda Sinfonía de Mahler, apodada “Resurrección” por usar el poema de Klopstock como parte de uno de los movimientos. Esta sinfonía es unánimemente considerada una de las obras maestras de Mahler por su profundidad y gran capacidad de expresión y eso la ha convertido en una de las más populares obras del compositor, como lo atestigua el hecho de que existen más de un centenar de grabaciones en discos compactos y en video de ella. En Colombia ya se había oído como parte de un ciclo Mahler hecho hace algunos años, pero el que se reponga en esta ocasión es testimonio de la madurez de nuestros conjuntos sinfónicos.
En esta versión participaron la mezzosoprano colombiana Andrea Niño y la soprano Milena Arsovska además del Coro Nacional de Colombia y de maestros de la Banda Nacional, para los efectos de orquesta lejana que a momentos exige la sinfonía. El total fue bastante homogéneo, con tiempos justos y un equilibrio orquestal notable, en vista de las numerosas exigencias instrumentales que hizo el compositor en su creación. Mahler pidió que la voz de contralto original (aquí reemplazado por la mezzosoprano) debía sonar como un niño pequeño del cielo y eso fue cumplido ya que hubo poco vibrato en la interpretación, aunque eso se reflejó en un volumen de voz que hubiera podido ser un poco más alto. La orquesta lejana fue tocada entre bastidores y eso hizo que el efecto se perdiera un poco. Tal vez hubiera sido mejor colocarla dentro del teatro para lograr ese efecto de eco que buscó el músico. Pero aparte de estos inofensivos lunares, se trató de una versión majestuosa y hasta conmovedora de esta obra maestra.
Es bueno comprobar que la existencia de un coro profesional como el Coro Nacional de Colombia permite presentar en la capital cantidad de obras maestras que antes solo ocasionalmente y después de muchos ensayos tenían oportunidad de oírse entre nosotros.
Como se dijo, este concierto fue parte del décimo-tercer Festival de Música Sacra que se desarrolla en estos momentos en diversos puntos de la capital, y que es una interesante iniciativa que año tras años nos está trayendo cantidad de eventos de alta calidad. El tema central de este año es “La consagración” y alrededor de este decenas de artistas nacionales e invitados están dando a conocer una programación de alto contenido musical.