Los auténticos aficionados del cine no solo ven las grandes producciones de nuestros días, también dedican buena parte de su tiempo a los clásicos del cine, es decir las películas antiguas que han hecho historia por su calidad. Para poner un límite, cine clásico se considera todo aquel hecho hace cincuenta años o más. Entre ellas hay tesoros irreemplazables y de hecho en todas esas listas que se hacen de las mejores cintas, la inmensa mayoría pertenecen al nicho mencionado.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Los auténticos aficionados del cine no solo ven las grandes producciones de nuestros días, también dedican buena parte de su tiempo a los clásicos del cine, es decir las películas antiguas que han hecho historia por su calidad. Para poner un límite, cine clásico se considera todo aquel hecho hace cincuenta años o más. Entre ellas hay tesoros irreemplazables y de hecho en todas esas listas que se hacen de las mejores cintas, la inmensa mayoría pertenecen al nicho mencionado.
Lo único malo es que cada día se está perdiendo más y más el acceso a ese catálogo de gran cine, ya que para efectos prácticos ni las salas de cine, ni los canales de streaming ofrecen proyecciones de esas inmensas películas de ayer. Según las fuentes más autorizadas, el número de filmes anteriores a 1974 no llegan a treinta en plataformas digitales, en el mejor de los casos, y en el promedio se ofrecen muchas menos. Con la desaparición de medios como el DVD, el aficionado no tiene manera de ver ese cine, ya que está por fuera del alcance de las programaciones ofrecidas.
Algunos grandes cineastas, como Scorsese y Tarantino han compartido esa preocupación ante la eventual desaparición de posibilidades de ver cine clásico y han propuesto una solución –tal vez inspirada en el libro Fahrenheit 451 donde los amantes de los libros, para preservarlos, los memorizan para poderlos recitar a generaciones futuras–. En el caso del cine, la propuesta es la de crear grandes colecciones de cine clásico en DVD o en otros formatos. Que cada amante del cine haga su colección, para que en el futuro esas películas existan y eventualmente se tenga acceso a ellas, y no se pierdan como parece amenazar ahora. Se repite esa propuesta con la esperanza que los amantes del cine contribuyan a salvar esa herencia de la humanidad que es el cine clásico.