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Arrastrándose

Marc Hofstetter
25 de febrero de 2024 - 05:00 a. m.
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El DANE publicó en días recientes una cifra esperada para medir la salud de la economía: el PIB. El dato completo de 2023 muestra que el ingreso total de quienes habitan estas tierras creció un magro 0,6 %. Para poner el dato en perspectiva es útil notar que en términos per cápita eso representa una caída del ingreso nacional. Otra forma de resaltar cuán pobre es esa métrica es notando que es el cuarto peor registro desde hace 65 años: solo en 1982 (en medio de la crisis de la deuda de América Latina), en 1999 (nuestra crisis hipotecaria de final de siglo) y en 2020 (el desastre de la pandemia) tenemos peores registros.

Escarbando las entrañas de la cifra hay dos datos que son dicientes y preocupantes a la vez. El primero, el de la construcción. Si comparamos la actividad del sector relativa a la que había en el último trimestre antes de la pandemia encontramos que ha decrecido en una cuarta parte. La caída ha sido tan pronunciada, que ahora el sector tiene la participación relativa al PIB más pequeña de los últimos 30 años, excepto por el último trimestre de 1999 (en el pico de la crisis hipotecaria). El segundo dato preocupante, por el lado del gasto, es la inversión. En el último trimestre de este año el país invirtió $11 menos de los invertidos hace cuatro años. Si durante las últimas dos décadas en promedio destinamos como sociedad $21 de cada $100 de ingreso a la inversión, esa cifra ha caído en este año a $17. Una pésima noticia de cara a las perspectivas económicas que son una función de la inversión pasada.

Las dos cifras, el desastre de la construcción y el de la inversión, tienen un elemento en común: ambas hablan de decisiones de largo plazo de los hogares y los negocios en Colombia. Esas contracciones reflejan que hogares y empresas no le estamos apostando al futuro. ¿Por qué? El Gobierno ha empujado la idea de que las altas tasas de interés recientes están detrás del resultado. Esa respuesta no es satisfactoria: las cifras mencionadas son las peores en décadas y, por lo tanto, ya ha habido otros episodios de apretones monetarios que no se reflejaron en tal desazón por el futuro.

La desesperanza tiene su origen en las señales implícitas y explícitas del Gobierno sobre el devenir de varios sectores. En minería, servicios públicos, salud e infraestructura el objetivo del Gobierno es el de arrasar con las reglas de juego que venían funcionando. Lo que no está para nada claro es que haya un plan viable para reemplazarlas por algo mejor. Si a eso se le suma el deterioro de los indicadores de seguridad, el freno de mano a las Fuerzas Armadas en nombre de la bala perdida de la paz total y las preguntas sobre la estabilidad fiscal del país, no extraña que haya apuestas poco nutridas por el futuro. Nada hace prever que ese rumbo se vaya a despejar. A este paso la economía llegará arrastrándose a 2026.

@mahofste

 

Carlos(92784)26 de febrero de 2024 - 02:43 p. m.
Hasta la llegada de Petro Colombia era un paraíso , la Suiza de Sur America en dónde una minoría del 42% de su población estaba por debajo de la línea de pobreza con el 17% en absoluta miseria. Añoranzas del ecuánime Hofstetter.
  • Alvaro(18888)27 de febrero de 2024 - 03:49 p. m.
    Tiene razón, antes de la llegada de Petro, Colombia no era Suiza, pero, como las cosas, después de Petro seremos como Venezuela en el mejor de los casos o como algunos de los peores países de Africa.
jose(33220)26 de febrero de 2024 - 01:56 a. m.
señor Mark . ¿porque nadie toca el costo que tiene estar decomisando tanta cocaina y la caida de tanto capo ? es más con la captura de pacho malo y las dudas de mancera se afecta más este narcotráfico ?
Aquiles Brinco(jhlcb)26 de febrero de 2024 - 01:36 a. m.
Muy difícil, q’ alguien cuerdo, quiera invertir cuando no tememos presidente, sino un mamarracho en ese cargo, cuyo único objetivo es arrasar con la totalidad de lo q’ huela a privado, para así proceder a refundar, pero condicionado a q’ todo sea manejado por el Estado, tal y como ya lo vivimos con la “gratísima” experiencia de la estatización de la recolección de basuras q’ impuso contra viento y marea, el hoy presidente cuando se despeño como alcalde de Bogotá.
Mario(196)26 de febrero de 2024 - 01:00 a. m.
Segun Marc que los prestamos de vivienda esten por encima del 25% y que el sector financiero exija ingresos de mas de 5 millones por cada 100 prestados son simples anécdotas que no explican nada. Que BanRep tenga tasas por encima del 12 cuando en USA y Europa van por el 4% es tambien irrelevante. Y que nada puede hacer el gobierno para cambiar pues no depende de el.
Alvaro(36332)25 de febrero de 2024 - 11:35 p. m.
Carga ladrillos de los de siempre.
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