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En la ya olvidada reforma tributaria que aprobó el gobierno Duque meses antes de terminar su mandato, tras retirar la que había propuesto inicialmente, que sirvió de detonante del paro nacional de 2021, se creó una nueva institución mucho más importante que los cambios tributarios del momento. Se trata, y con eso comienzo el baile de las siglas que nos llevará a desentrañar la del título de esta nota, del CARF (Comité Autónomo de la Regla Fiscal).
Esa institución, con un equipo técnico propio, vigila de cerca las cuentas del Gobierno y emite conceptos sobre si estas se ajustan a los límites que la propia ley establece y acotan tanto la deuda como el déficit del Gobierno Nacional.
Pues bien, ese comité se pronunció sobre el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2023 (aquí va la segunda sigla: el MFMP). Este último reporta anualmente los mejores estimativos del Ministerio de Hacienda sobre la senda esperada de las cuentas públicas a 10 años. El concepto emitido esta semana está lleno de luces rojas sobre el devenir de las cuentas fiscales. Reproduzco algunos apartes críticos, sin adornos ni interpretaciones:
Tenemos “elevada la percepción de riesgo de los financiadores del Gobierno, quienes (...) exigen tasas de interés por encima de las de países pares con calificaciones de riesgo inferiores”. “Para 2024 se prevé que habrá un deterioro tanto del déficit fiscal como de la deuda neta”. “Se considera que el supuesto de alcanzar una tasa de interés de mediano plazo de 6 % podría ser optimista”. “La deuda (...) no se acercaría suficientemente al ancla de 55 % al final del período de análisis, como lo proyecta el MFMP (...), para lograr la reducción de la deuda se requeriría un mayor superávit primario al proyectado en el MFMP”.
“Una reducción en el gasto primario como la que se programa en el MFMP implicaría que los gastos flexibles tendrían que reducirse (...) de 2 % a 0,5 % del PIB, para cumplir con los techos de gasto que impone la Regla Fiscal”. “Que la inversión programada para 2024 no sería sostenible en el largo plazo, puesto que excedería los límites de gasto que permite la Regla Fiscal”. “El MFMP programa el gasto primario al límite del cumplimiento de la Regla Fiscal, con los siguientes riesgos: primero, la programación implica una reducción de 1,5 % del PIB, de los gastos flexibles en el mediano plazo, lo cual representa un reto; y segundo, no es claro que se hayan incluido las erogaciones que pueden generarse a partir de la aprobación de las reformas a los sistemas de salud y pensiones”.
“La meta de déficit para 2024, 2025 y 2026 presentado por el Gobierno Nacional en el MFMP depende de ingresos no estructurales y de naturaleza incierta (arbitramento de litigios) (...) Al hacer este ajuste, el gasto previsto en el MFMP no cumpliría con las metas (...) de la Regla Fiscal”. “El MFMP presentado por el Gobierno se aparta del objetivo de consolidación fiscal”.
Y la puntilla: En caso “de programarse el presupuesto del Gobierno Nacional para 2024 con un tope de gasto como el previsto en el MFMP, se estaría programando un incumplimiento de la Ley de la Regla Fiscal”.
En una sigla: el Marco Fiscal de las Cuentas Alegres: MFCA.
@mahofste