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El que a hierro mata

Marcos Peckel
02 de octubre de 2024 - 11:54 a. m.

Murió en su ley, seguramente planeando como responder a la operación “bíper” una de las más brillantes de la inteligencia moderna, seguida de la operación “walkie talkie”, las que dejaron un numero incierto de víctimas mortales y mutilados en las filas de Hezbollah, entre ellos decenas de sus comandantes. Hassan Nasrallah, terrorista de terroristas con sus manos llenas de sangre judía, musulmana, y cristiana, fue dado de baja en un osado operativo de la Fuerza Aérea de Israel en su bunker, estratégicamente ubicado en el sótano de un edificio de apartamentos, plenamente identificado por la inteligencia israelí al igual que las horas de reunión de los lideres de su organización.

Nasrallah llegó a la cúspide de Hezbollah en 1992, tras la eliminación de su antecesor, Abbas al-Musawi, quien fue abatido por un caza israelí mientras viajaba en su vehículo particular. En respuesta, Hezbollah llevó a cabo dos atentados terroristas en Argentina: el primero en 1992 contra la embajada de Israel y el segundo, dos años más tarde, ayudado por Irán, contra la AMIA, sede de la comunidad judía argentina, que dejó un saldo mortal de 85 fallecidos. Nasrallah convirtió a Hezbollah, armada, entrenada y financiada por Irán en un ‘Estado dentro del Estado’, al servicio de los intereses geoestratégicos de Teherán, incumpliendo dos resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: la 1559 de 2004, que estipulaba su completo desarme y la 1701 de 2006, que ordenaba mantenerse al norte del río Litani.

Ya en 2006, Hezbollah había iniciado una guerra con Israel, de la cual Líbano llevó la peor parte, pues la organización está dispuesta a sacrificar a Líbano y a los libaneses para cumplir los dictados del régimen iraní. Esta organización fue responsabilizada del asesinato del primer ministro Rafik Hariri, a quien se atribuye la reconstrucción de Líbano tras la guerra civil (1975-1989). Durante la guerra civil en Siria, Hezbollah intervino del lado de Bashar al-Asad, responsable de la muerte de más de seiscientos mil sirios y el desplazamiento de más de 12 millones. Esta intervención generó protestas en Líbano, incluso entre la población chiita, que veía cómo sus hijos iban a morir por una causa ajena.

Desde el pasado 7 de octubre, Hezbollah, en ‘solidaridad con Gaza’, ha lanzado más de 9 mil misiles y drones a Israel, lo que obligó al Estado Judío a evacuar a unos 80,000 residentes del norte para alejarlos de los proyectiles y de una posible incursión de Hezbollah, similar a la de Hamas de octubre de 2023. Israel y Líbano no tienen conflictos pendientes, pero el colapsado Estado libanés es incapaz de frenar los ataques de Hezbollah, el más importante proxy de Irán en ese ‘eje de resistencia’ cuyo único objetivo es destruir al Estado de Israel.

Israel ha sido el Estado agredido y tiene derecho plena a su legítima defensa.

Ahora que Nasrallah está muerto junto con varios de su comandantes y que Hezbollah ha sufrido significativas perdidas en equipos y hombres y lo que falta con la anunciada incursión terrestre de Israel al sur del Líbano para alejar a la milicia chiita de la frontera, se podría abrir un oportunidad para el Líbano, una segunda oportunidad sobre la tierra, para recuperar el país, liberarlo de las garras de Irán. Fácil no será, posible quizás, de lo contario, la próxima guerra será cuestión de tiempo.

Para aquellos que tanto hablan de “desescalar”, en el Medio Oriente en muchas ocasiones para desescalar hay que escalar. Esperar que esta nueva ronda entre Israel y Hezbollah concluya pronto con la retirada de la organización de la frontera y el retorno de los israelíes desplazados de sus hogares.

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Felipe(94028)Hace 12 minutos
Para Israel es una guerra de supervivencia y poco importa ahora cómo se constituyó su estado. Para el mundo islámico y más para el chiita, que es el de Irán y sus extensiones armadas de hutíes, Hizbulá y Hamás, es la guerra religiosa. La opción elegida por los palestinos cuando en 2006 votaron mayoritariamente a Hamás para gobernar Gaza, sabiendo que eso implicaba la Yihad, la guerra religiosa más que territorial. Varios comentarios que anteceden denotan una ignorancia total sobre el conflicto.
Felipe(94028)Hace 22 minutos
La población de Palestina se duplicó desde 2004, como que los israelíes no son tan buenos "genocidas". En medio del caos y la miseria, las mujeres, cuya vida consiste en parir y obedecer a los hombres con la cabeza tapada, entregan a sus hijos a las mezquitas en donde, enloquecidos por tanto rezo y tanta arenga, aspiran a ser mártires y tener las 72 vírgenes prometidas por el Islam. Ese es el islamismo de Hamás y de la teocrática Irán, en donde ahorcan a los homosexuales colgados de grúas.
Felipe(94028)Hace 34 minutos
En Gaza cambiaron su justa vindicación territorial por la guerra religiosa (Yihad) en 2006, cuando la mayoría votó a Hamás. No hubo más elecciones. Previstas para 2021, las canceló la Autoridad Nacional Palestina porque las encuestas daban total mayoría a Hamás, incluida Cisjordania. Hamás es una organización radical que no separa política de religión, porque para el Islam la religión es el estado. Irán es la teocracia que arma y financia al Hamás que aquí apoyan tantos comentarios ignorantes.
Felipe(94028)Hace 51 minutos
Cualquiera podría tener un bar de copas para lesbianas ateas en Tel Aviv, nadie se lo prohibiría. Que alguien intente hacerlo en Cisjordania o en Teherán y verá que le pasa. Ninguna religión dirá alguna verdad, pero las hay que evolucionaron, lento, pero evolucionaron. El Islam no, se quedó en la edad media, cercenando la libertad y la dignidad de las mujeres o ahorcando a los homosexuales. Ningún clérigo musulmán dice que la sura 9 del Corán, que ordena matar a los infieles, sea una metáfora.
Gabriel(6p5bl)Hace 55 minutos
recuerdelo.Para Netanyau y sequito de lambones.asiles llegara la maldicion
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