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A raíz de la columna anterior, sobre las palabras con dos o más grafías, llegaron varios ejemplos y algunas dudas. Recibí una consulta sobre la validez de la palabra «carnet», alternativa de «carné». Pues bien, las dos opciones son aceptables. La diferencia es que «carnet» mantiene la forma original en francés, mientras que «carné» es la adaptación en español. Ambas tienen su fanaticada, y, aunque a veces me cuesta, coincido con quienes creen que el gusto no debe ser un criterio lingüístico.
Por otro lado, me preguntaron si «cáterin» es válido, en lugar de «catering». La duda surge de que «cáterin» no está en el Diccionario de la lengua española (DLE), pero sí «catering», en letra cursiva (como se marcan las voces extranjeras). No obstante, «cáterin» cumple con las características de una adecuada adaptación a nuestra lengua, así que: adelante. No está de más recordar que el hecho de que las palabras estén en los diccionarios (particularmente el DLE) no significa que «ya existan», sino simplemente que han sido documentadas. Pero, por si acaso, la RAE ha dicho que la inclusión de «cáterin» está en estudio y eventualmente llegará en letra redonda.
Finalmente, llegó una consulta sobre la diferencia entre «ruptura» y «rotura». En sentido estricto, la primera se refiere al rompimiento de cosas no materiales (una «ruptura amorosa»), en tanto que la segunda se refiere a lo material («rotura de rodilla»).
