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La semana pasada, un incendio en la central nuclear de Zaporiyia, Ucrania, la más grande de Europa, causó preocupación. Las llamas, consecuencia de bombardeos rusos, amenazaban con desencadenar un desastre entre seis y diez veces peor que el de Chernóbil. ¿O Chérnobil? ¿Chernobyl?
Lo cierto es que la forma recomendada es «Chernóbil». «Esta es la pronunciación etimológica y, por tanto, la más recomendable», según el Diccionario panhispánico de dudas. Sin embargo, es innegable que, en Colombia por lo menos, es común la pronunciación con acento fonético en la primera sílaba: «Chérnobil». Se ha registrado también con acento en la última sílaba, como «Chernobil», es decir, como palabra aguda, que en español terminan, en su mayoría, en consonante distinta de ene o ese. «Chernobyl» corresponde a la adaptación en inglés.
Creo que, ante la posibilidad de que la pronunciación recomendada resulte forzada, la acentuación gráfica debería corresponder con la que, de hecho, utilicemos al hablar. No sería, además, la primera palabra con doble acentuación (algo que ha sido tema en columnas anteriores).
Posdata: a propósito de la canción que René Pérez, más conocido como Residente, escribió para criticar a J Balvin, me preguntaron si la palabra «tiraera» existe. Existe mientras la usen. Además, no solo está contenida en diccionarios de urbanismos, sino que con seguridad tiene que ver con la definición de «tiradera» que da el Diccionario de americanismos: «Burla con la que se mortifica a alguien».