Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Luego de la publicación de la columna pasada recibí varios mensajes con la inquietud de cómo se usa la palabra «fomo». Al provenir de la expresión en inglés «fear of missing out» («miedo a perderse de algo»), se usa como ese sustantivo: da, se tiene o se sufre de.
El tema me sirve de excusa para referirme a otro asunto: la grafía de las denominaciones de las generaciones. En español, se han adoptado nombres como «generación Y» (para referirse a las personas nacidas a finales del siglo XX) o «generación Z» (para personas nacidas en el cambio de milenio). Es preciso señalar que «generación», por tratarse de un nombre común, debe ir en minúscula, mientras que «Y» o «Z», por convención, se escriben en mayúscula.
Formas como «millennial» o «centennial», anglicismos que se han popularizado para referirse a esas generaciones o sus integrantes, pueden ser más desafiantes. La Real Academia Española ha recomendado adaptarlas como «milenial» y «centenial», con pronunciaciones agudas, [mi.le.niál] y [cen.te.niál], respectivamente. Sin embargo, es innegable que en el habla cotidiana se ha mantenido la pronunciación como palabra grave o llana, que proviene del inglés. Así, la grafía no se corresponde con la pronunciación más extendida; mucho menos lo hacen los plurales «mileniales» y «centeniales».
Se podría optar por las formas «milénial» y «centénial», lo que, no obstante, resultaría en plurales un poco forzados: «miléniales» y «centéniales». Recordemos que un plural como «milénials» sería ajeno a la gramática de nuestra lengua (por regla general, en este caso, sería necesario incorporar la terminación «-es» para formarlo). De esta manera, la solución, como ha sido la recomendación en otros casos, puede ser mantener el extranjerismo crudo, marcándolo con cursiva o entre comillas: «millennials» y «centennials».
