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El tema de hoy no podía ser otro que los aranceles de Donald Trump. Al respecto, la Fundéu ha dejado recientemente varias recomendaciones útiles. Por ejemplo, insiste en que el signo «%» se escribe separado de la cifra a la que acompaña: «Arancel de 10 %». Asimismo, explica la preferencia por la palabra «arancel», o incluso la expresión «arancel aduanero», por encima de «tarifa». La razón es que, si bien en inglés «tariff» se refiere a los gravámenes sobre el comercio exterior, en español es distinto. Es cierto que «tarifa» puede significar una «cuota tributaria» –como señala el Diccionario de la lengua española (DLE)–, pero en la mayoría de los casos está relacionada con el precio fijado para un servicio, por ejemplo, público. El Diccionario panhispánico del español jurídico va más allá al indicar la controversia que hay sobre si una tarifa se puede considerar de carácter tributario o no. En todo caso, la palabra «arancel», a diferencia de «tarifa», está siempre estrechamente ligada con los asuntos aduaneros. Sea como sea, si se me permite la anotación, «arancel», en el DLE, está definido también como una «tarifa», por lo que, aunque «arancel» sea mejor opción, no podría tacharse de incorrecto el uso de «tarifa».
Y ya que hablamos de «gravámenes», no está de más recordar que su singular, «gravamen», por ser una palabra llana terminada en «n», no debe tildarse.
Finalmente, otro término frecuente por estos días es el de «inversionista», tan válido como «inversor». ¿Cuál prefieren?
@alejandra_mdn
