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Mañana se acaba el año. Llegarán las 12 y, tras el primer abrazo y el mini berrinche de nostalgia incontrolable que se produce desde la tripa, nos encontramos, uvas en mano, ante el desafío de pedir deseos.
Doce uvas, un deseo por cada una; algunos un mismo deseo por todas las doce (si lo que se pide está como difícil); o un deseo por dos uvas, y así van reforzados seis deseos. Hay muchas fórmulas, y al final, cada uno hace lo que quiere con sus uvas.
¿Qué hará usted con las suyas? A mí me cuesta tener definidos doce deseos y nunca alcanzo la velocidad de las campanas. Así que hago lo del doblete. Seis es una cantidad justa de deseos. La familia se lleva dos, agrupo a los amigos con una, el trabajo dos, y un deseo secreto la última. Pero este año he pensado que quizá haya que extenderse a las doce porque toca echarle una mano al país.
Vamos a necesitar una fuerza extrema, una especie de “deseatón”, un chorro de uvas verdes, sin pepa, para que nos las podamos comer sin parar y con la energía intensa para pedir que Colombia se vuelva un mejor vividero. Que madure, que se anime, que respire, que se tranquilice, que se compadezca, que se mire al espejo, que escuche, que converse, que se respete.
Se me ocurre que puede ser una lista de deseos como esas que nos lanza por las redes sociales la demencia manipuladora del algoritmo:
“Las diez bebidas que te desinflamarán el colon”, “Las doce posturas de yoga que te reducirán la ansiedad”, “Los ocho ejercicios de pilates de pared que tonificarán el cuerpo después de los 40″, “Los cinco pasos para retomar el control de tu vida”, “Las seis claves para dejar de procrastinar”, “Las tres verdades budistas que te cambiarán la vida”, “Los ocho lugares que no puedes dejar de visitar antes de morir”, “Las 20 maneras de usar un pañuelo”.
Pues eso, que el dios algoritmo creador de contenido haga algo así de milagroso para Colombia.
Un problema, una solución:
“Los 365 problemas que Colombia debe resolver en 2025″, “Las 10 palabras que usted, como precandidato, no debe pronunciar este año”, “Los dos megaproyectos de infraestructura que hay que empezar a construir”, “Las tres reformas fundamentales que deben aprobarse en consenso”, “Las cinco acciones válidas para hacer oposición”, “Las diez claves para no difundir mentiras”, “Las cinco decisiones judiciales que espera el país”, “Los millones que deben devolver los corruptos”, “Las miles de armas que deben entregar los grupos criminales”, “Los cuatro acuerdos de paz que deben firmar e implementar el gobierno”, “El 100 % de presupuesto que deben ejecutar los ministerios”, “Las diez claves de respeto a los ciudadanos”.
Y así, una lista sencillita para la última uva. Usted puede agregar la que quiera, faltaba más. Pero todos a la vez. ¿Qué tal que se nos cumpla?