Tras el establecimiento de la ONU al final de la Segunda Guerra Mundial, se suponía que el mundo entraría en una nueva etapa, en la que los conflictos bélicos entre Estados quedaban relegados al pasado. Los años han demostrado que dicho sueño se convirtió en una esperanza perdida.
Estamos siendo testigos de un terrible episodio más del conflicto, que lleva décadas, entre Israel y Palestina, a pesar de muchos esfuerzos de la comunidad internacional por solucionarlo a través del diálogo, sin que se haya logrado un avance para la paz.
A los actos hay que llamarlos por su nombre para no caer en equívocos: lo sucedido en Israel el sábado pasado fue terrorismo y como tal hay que condenarlo y condenar a Hamás.
Hay varias preguntas que se plantean hoy. ¿Qué busca Hamás con un ataque terrorista de este calibre sabiendo cuál sería la respuesta de Israel, solamente sembrar terror? ¿Cómo no pensaron que Israel hará lo imposible por acabar con ellos, estén donde estén, en la retaliación que ya comenzó y en la que seguro morirán civiles inocentes?
¿Cómo es que Hamás logra planear un ataque tan grande, traspasar el muro construido para dividir a Israel de la Franja de Gaza, secuestrar israelíes, neutralizar tanques, lanzar miles de cohetes sin que la inteligencia israelí supiera del plan? Además, resulta increíble que sea precisamente a Netanyahu, de los primeros ministros que más saben de inteligencia y de la lucha antiterrorista, a quien le toca en su gobierno el ataque terrorista más cruel y más sangriento de la historia de Israel.
¿De dónde sale el armamento de Hamás cuando los accesos a la Franja de Gaza están totalmente controlados por Israel? Recordemos que en Gaza la única autoridad dentro de la Franja es Hamás. Es un espacio de 365 km², donde viven dos millones de personas, con 4 % de crecimiento demográfico anual, uno de los lugares más densamente poblados del mundo y con muy altos niveles de pobreza. La Autoridad Palestina no controla Gaza. ¿Cómo pudo haberse armado Hamás con un control sobre sus fronteras como el que tienen las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia israelíes?
Con este ataque terrorista contra ciudadanos israelíes se inicia una guerra que puede cobrar miles de vidas, especialmente de civiles que están en medio del conflicto. Es urgente que países de la region con buenas relaciones en la zona auspicien negociaciones y que la Autoridad Palestina reafirme que está en contra de las acciones terroristas de Hamás y refuerce su capacidad para gestionar el cese de los ataques, así como la liberación de los secuestrados.
Habíamos visto en el 2020 cómo Estados Unidos auspició un avance en las relaciones entre algunos países árabes, especialmente del golfo, e Israel. Se firmaron los acuerdos para establecer relaciones diplomáticas entre el primer ministro Netanyahu y los cancilleres de Emiratos Árabes y Baréin, y recientemente se hablaba de las relaciones con Arabia Saudita. Si bien era extraño ver a los árabes avanzando en una relación con Israel, de alguna manera alejándose de la causa palestina, se podía pensar que era el camino para algún día lograr una negociación de paz propiciada por estos países. Veremos ahora si ese acercamiento sirvió de algo.
El recrudecimiento del conflicto se suma a las guerras en Ucrania y Nagorno-Karabaj, donde las muertes de miles de civiles nos recuerdan que el horror de las guerras no ha sido erradicado de la historia. Una guerra va opacando a la siguiente, esa es la triste realidad.
Tras el establecimiento de la ONU al final de la Segunda Guerra Mundial, se suponía que el mundo entraría en una nueva etapa, en la que los conflictos bélicos entre Estados quedaban relegados al pasado. Los años han demostrado que dicho sueño se convirtió en una esperanza perdida.
Estamos siendo testigos de un terrible episodio más del conflicto, que lleva décadas, entre Israel y Palestina, a pesar de muchos esfuerzos de la comunidad internacional por solucionarlo a través del diálogo, sin que se haya logrado un avance para la paz.
A los actos hay que llamarlos por su nombre para no caer en equívocos: lo sucedido en Israel el sábado pasado fue terrorismo y como tal hay que condenarlo y condenar a Hamás.
Hay varias preguntas que se plantean hoy. ¿Qué busca Hamás con un ataque terrorista de este calibre sabiendo cuál sería la respuesta de Israel, solamente sembrar terror? ¿Cómo no pensaron que Israel hará lo imposible por acabar con ellos, estén donde estén, en la retaliación que ya comenzó y en la que seguro morirán civiles inocentes?
¿Cómo es que Hamás logra planear un ataque tan grande, traspasar el muro construido para dividir a Israel de la Franja de Gaza, secuestrar israelíes, neutralizar tanques, lanzar miles de cohetes sin que la inteligencia israelí supiera del plan? Además, resulta increíble que sea precisamente a Netanyahu, de los primeros ministros que más saben de inteligencia y de la lucha antiterrorista, a quien le toca en su gobierno el ataque terrorista más cruel y más sangriento de la historia de Israel.
¿De dónde sale el armamento de Hamás cuando los accesos a la Franja de Gaza están totalmente controlados por Israel? Recordemos que en Gaza la única autoridad dentro de la Franja es Hamás. Es un espacio de 365 km², donde viven dos millones de personas, con 4 % de crecimiento demográfico anual, uno de los lugares más densamente poblados del mundo y con muy altos niveles de pobreza. La Autoridad Palestina no controla Gaza. ¿Cómo pudo haberse armado Hamás con un control sobre sus fronteras como el que tienen las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia israelíes?
Con este ataque terrorista contra ciudadanos israelíes se inicia una guerra que puede cobrar miles de vidas, especialmente de civiles que están en medio del conflicto. Es urgente que países de la region con buenas relaciones en la zona auspicien negociaciones y que la Autoridad Palestina reafirme que está en contra de las acciones terroristas de Hamás y refuerce su capacidad para gestionar el cese de los ataques, así como la liberación de los secuestrados.
Habíamos visto en el 2020 cómo Estados Unidos auspició un avance en las relaciones entre algunos países árabes, especialmente del golfo, e Israel. Se firmaron los acuerdos para establecer relaciones diplomáticas entre el primer ministro Netanyahu y los cancilleres de Emiratos Árabes y Baréin, y recientemente se hablaba de las relaciones con Arabia Saudita. Si bien era extraño ver a los árabes avanzando en una relación con Israel, de alguna manera alejándose de la causa palestina, se podía pensar que era el camino para algún día lograr una negociación de paz propiciada por estos países. Veremos ahora si ese acercamiento sirvió de algo.
El recrudecimiento del conflicto se suma a las guerras en Ucrania y Nagorno-Karabaj, donde las muertes de miles de civiles nos recuerdan que el horror de las guerras no ha sido erradicado de la historia. Una guerra va opacando a la siguiente, esa es la triste realidad.