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Parodiando el bellísimo bambuco de Pedro Morales Pino Cuatro preguntas, quiero solicitarle de manera respetuosa y vehemente al Gobierno nacional y a las entidades que tienen que ver con el asunto, como lo es entre otras la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, que se tomen la molestia de contestar las siguientes preguntas, habida cuenta que no habido respuesta alguna y van pasando los días, los meses y los años.
Primera : ¿Qué pasó con la cacareada doble calzada entre Santander de Quilichao y Popayán, que se anunció hace más de un año y sobre la cual no se ha dicho ni pío? Por ahí me han soplado que existen tantos problemas con la compra de predios —¿será que ya se metió doña Rosita Solís?— que el proyecto se está engavetando. Debieron, antes de hacer semejante despliegue, sospechar lo que se iba a presentar y no ensillar sin tener las bestias. Eso se llama improvisación y oportunismo político.
Segunda: ¿Qué pasó con la carretera Mulaló-Loboguerrero, que se dio como un hecho y para la cual había hasta las partidas presupuestales para llevarla a feliz término? De ella tampoco se volvió a saber nada y también me han dicho que duerme el sueño de los justos porque se enredó y están guardando un sospechoso silencio, como para que nos vayamos olvidando de otra incumplida promesa más.
Tercera : ¿Qué pasó con la también prometida ampliación del aeropuerto de Buenaventura, a la que le iban a hacer no sé cuántos estudios y consultas para acometer la obra “más temprano que tarde”, a decir de algún funcionario capitalino?
También me soplaron que hay que volver a construir este aeropuerto porque la pista quedó mal ubicada y hay que hacerla “al través” de como que hoy está, lo cual cambia de tajo lo que existe actualmente, y su costo se disparará de manera tan violenta que el tema es mejor enterrarlo.
Cuarta : ¿Finalmente en que quedó el contrato de concesión del Ferrocarril del Pacífico, la patraseada de la multinacional Trafigura y el regalo de sus acciones a la empresa Talleres Ferrocarril de Antioquia que suspendió operaciones y hoy está totalmente abandonado en poder de la manigua, los invasores y los ladrones que están desmantelando las instalaciones, los equipos y hasta los rieles?
Es triste, pero como “el que calla otorga”, ¿será que estas preguntas se quedarán sin responder?