Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Mi prima pequeña y yo tenemos cierto afecto por la palabra libertad. Yo pido libertad de mercado y libertad personal y ella, libertad de poder salir a jugar con sus amigas. Nos referimos a cosas distintas y a mí se me dificultaba explicársela sin mencionar a Milton Friedman. Logré explicarle en una distracción mientras le ayudaba con una tarea de matemáticas. Le pregunté si ella conocía a alguien que supiera hacer un lápiz desde cero y no me supo responder.
Mira, Isabel, le dije, nadie en el mundo sabe cómo hacer un lápiz. Esta lección me la enseñó Leonard Read en un ensayo escrito en 1958; ese lápiz de madera que tienes nació probablemente de un cedro de fibra recta en California. Eran necesarios cientos de especialistas en ingeniería, logística, ambiente y más. La madera es cortada, encerada y secada, proceso que requiere muchos expertos, que se multiplican contando a quienes crearon las máquinas que lo hacen posible. Y eso es solo la madera.
Para la punta, el grafito es extraído en un país como Sri Lanka por mineros tradicionales con la ayuda de retroexcavadoras, químicos y técnicas que combinan conocimientos de todo el planeta. El grafito se mezcla con arcilla de Mississipi, a la cual se le aplica hidróxido de amonio en un proceso refinado. Ese compuesto después se trata con una mezcla con cera proveniente de México, y sigue.
El metal que sostiene el borrador es cobre, que se extrae en Colombia y requiere de complejos procesos de extracción. El borrador es hecho con un ingrediente llamado “fatice” hecho con un aceite que viene de las Antillas Holandesas y que contiene vulcanizadores y aceleradores como la piedra pómez, proveniente de Italia.
Tenía tan aburrida a mi prima que hasta quería volver a hacer su tarea. Me quedé corto y omití muchos procesos complejos (como el de las importaciones) para concluir que el lápiz es prueba de la colaboración de millones de personas de diferentes partes del mundo, con diferentes religiones e idiomas, colaborando en paz para producir un producto útil a muy bajo costo.
Más de esas maravillas quería yo cuando pido más libertad. “Mira, Isabel, ese lápiz de 400 pesos con el que haces las tareas no lo tienes gracias a un político que lo prometió, lo tienes gracias al libre mercado. Para eso, prima, para eso es la libertad”.
#EconomíaParaMiPrima