Una interesante crónica del diario español CincoDías saca a relucir el peregrino contubernio entre Rusia y Arabia Saudita, que aunado al incremento de la demanda que incluye la de China, han impulsado al alza los precios del petróleo por cerca de tres semanas consecutivas. Hoy los analistas anticipan que llegar a los US$100 el barril es casi una certeza. Un aumento de precio de US$20 el barril en los aproximados 14 MM de barriles que exportan los rusos y los saudíes compensan disminuciones de hasta 2 a 3 MM de barriles día. De acuerdo con CincoDías, “al recorte de 1,3 millones de barriles diarios que aplican Rusia y Arabia Saudita se suma la promesa de la OPEP+ de reducir el bombeo en 3,6 millones de barriles hasta final de año, lo que equivale al 3,6 % de la producción de crudo. La idea del déficit de oferta es compartida por la AIE y la OPEP, que esperan que el próximo trimestre esa brecha alcance los 3,3 millones de barriles diarios, el mayor desde 2007. La AIE prevé, de hecho, que el crecimiento global de la demanda alcance los 2,2 millones de barriles diarios este año, hasta los 101,8 millones, muy por encima del anterior récord registrado en 2019, antes del estallido de la pandemia”.
La bonanza de los precios del crudo coge a Colombia mal parada. De acuerdo con el portal Bloomberg, la producción de petróleo colombiano caerá este año debido a los bombardeos de oleoductos, el desorden civil y la disminución de la inversión en nuevas perforaciones. El Departamento Nacional de Planeación (DNP) afirma que reducir la producción de petróleo y carbón, como lo ha planteado el Gobierno, significaría una pérdida de 260.000 empleos. El estudio del DNP señala que la disminución en la producción de crudo del 12,1 % implica una pérdida de 117.000 puestos de trabajo. Para el carbón, la reducción del 11,8 % en la producción significa una eliminación de 145.000 empleos. Según el estudio, “la simulación en este escenario también permite establecer una estimación sobre el impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) si se redujera a la mitad la producción de petróleo y carbón en el país y en el que se estima que puede retroceder en un 3,5 % si no se hace de manera gradual. En cuanto a la pobreza, el efecto que encuentra el estudio es que la pobreza moderada podría llegar a aumentar 3,26 % y la pobreza extrema 1,40 puntos porcentuales para el primer año del análisis de este modelo”.
Las pérdidas en ingresos en divisas pueden llegar a los miles de millones de dólares. El Gobierno tiene que entender que disminuir la explotación del crudo y del carbón significará que, además de no haber recursos para adelantar transición energética, el mayor desempleo hará casi imposible superar la pobreza.
Apostilla: en relación con la afirmación de que los ingresos por la exportación de cocaína supera aquella de los ingresos del petróleo, Jorge Restrepo, economista y profesor asociado de la Javeriana, afirma que el enorme error de ese cálculo está en valorar las exportaciones de coca al precio de venta al consumidor, no al que ingresa a Colombia. Restrepo dijo que equivale a valorar las exportaciones de café en grano a precio de venta de todos los “espresso” y “latte” hechos con ese grano en Londres o Nueva York.
Una interesante crónica del diario español CincoDías saca a relucir el peregrino contubernio entre Rusia y Arabia Saudita, que aunado al incremento de la demanda que incluye la de China, han impulsado al alza los precios del petróleo por cerca de tres semanas consecutivas. Hoy los analistas anticipan que llegar a los US$100 el barril es casi una certeza. Un aumento de precio de US$20 el barril en los aproximados 14 MM de barriles que exportan los rusos y los saudíes compensan disminuciones de hasta 2 a 3 MM de barriles día. De acuerdo con CincoDías, “al recorte de 1,3 millones de barriles diarios que aplican Rusia y Arabia Saudita se suma la promesa de la OPEP+ de reducir el bombeo en 3,6 millones de barriles hasta final de año, lo que equivale al 3,6 % de la producción de crudo. La idea del déficit de oferta es compartida por la AIE y la OPEP, que esperan que el próximo trimestre esa brecha alcance los 3,3 millones de barriles diarios, el mayor desde 2007. La AIE prevé, de hecho, que el crecimiento global de la demanda alcance los 2,2 millones de barriles diarios este año, hasta los 101,8 millones, muy por encima del anterior récord registrado en 2019, antes del estallido de la pandemia”.
La bonanza de los precios del crudo coge a Colombia mal parada. De acuerdo con el portal Bloomberg, la producción de petróleo colombiano caerá este año debido a los bombardeos de oleoductos, el desorden civil y la disminución de la inversión en nuevas perforaciones. El Departamento Nacional de Planeación (DNP) afirma que reducir la producción de petróleo y carbón, como lo ha planteado el Gobierno, significaría una pérdida de 260.000 empleos. El estudio del DNP señala que la disminución en la producción de crudo del 12,1 % implica una pérdida de 117.000 puestos de trabajo. Para el carbón, la reducción del 11,8 % en la producción significa una eliminación de 145.000 empleos. Según el estudio, “la simulación en este escenario también permite establecer una estimación sobre el impacto en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) si se redujera a la mitad la producción de petróleo y carbón en el país y en el que se estima que puede retroceder en un 3,5 % si no se hace de manera gradual. En cuanto a la pobreza, el efecto que encuentra el estudio es que la pobreza moderada podría llegar a aumentar 3,26 % y la pobreza extrema 1,40 puntos porcentuales para el primer año del análisis de este modelo”.
Las pérdidas en ingresos en divisas pueden llegar a los miles de millones de dólares. El Gobierno tiene que entender que disminuir la explotación del crudo y del carbón significará que, además de no haber recursos para adelantar transición energética, el mayor desempleo hará casi imposible superar la pobreza.
Apostilla: en relación con la afirmación de que los ingresos por la exportación de cocaína supera aquella de los ingresos del petróleo, Jorge Restrepo, economista y profesor asociado de la Javeriana, afirma que el enorme error de ese cálculo está en valorar las exportaciones de coca al precio de venta al consumidor, no al que ingresa a Colombia. Restrepo dijo que equivale a valorar las exportaciones de café en grano a precio de venta de todos los “espresso” y “latte” hechos con ese grano en Londres o Nueva York.