Garantizando la insostenibilidad de las pensiones
Con el explícito respaldo del Partido Liberal, el Gobierno está proponiendo regresar al Instituto de Seguros Sociales, dado que los afiliados de hasta cuatro salarios mínimos obligatoriamente tendrán que pasar a Colpensiones. Un umbral de cuatro salarios mínimos (hoy, de acuerdo con cifras del Ministerio de Trabajo, menos de dos millones de los 22 millones de trabajadores gana por encima de cuatro salarios mínimos) garantiza que a mediano plazo el esquema implosione. En números redondos, la propuesta del Gobierno implicaría que, de los 19,1 millones de afiliados de las administradoras privadas de pensiones, AFP, 18,5 millones pasen al Estado, quedándose las AFP con solo 611.203 afiliados, el 3,3 % del total. Para todo efecto práctico, las AFP desaparecen y Colpensiones, una entidad que ya de hecho es una pirámide que tambalea, pagando más en pensiones de lo que recibe en aportes (la diferencia la pone el Estado sacando los recursos del presupuesto), se convierte en el centro del universo pensional en Colombia. Las AFP manejan $421 billones en ahorros pensionales, obteniendo rendimientos de $55 billones, siendo los más beneficiados los jóvenes, a quienes se les asignan los portafolios de mayor riesgo y rentabilidad.
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Con el explícito respaldo del Partido Liberal, el Gobierno está proponiendo regresar al Instituto de Seguros Sociales, dado que los afiliados de hasta cuatro salarios mínimos obligatoriamente tendrán que pasar a Colpensiones. Un umbral de cuatro salarios mínimos (hoy, de acuerdo con cifras del Ministerio de Trabajo, menos de dos millones de los 22 millones de trabajadores gana por encima de cuatro salarios mínimos) garantiza que a mediano plazo el esquema implosione. En números redondos, la propuesta del Gobierno implicaría que, de los 19,1 millones de afiliados de las administradoras privadas de pensiones, AFP, 18,5 millones pasen al Estado, quedándose las AFP con solo 611.203 afiliados, el 3,3 % del total. Para todo efecto práctico, las AFP desaparecen y Colpensiones, una entidad que ya de hecho es una pirámide que tambalea, pagando más en pensiones de lo que recibe en aportes (la diferencia la pone el Estado sacando los recursos del presupuesto), se convierte en el centro del universo pensional en Colombia. Las AFP manejan $421 billones en ahorros pensionales, obteniendo rendimientos de $55 billones, siendo los más beneficiados los jóvenes, a quienes se les asignan los portafolios de mayor riesgo y rentabilidad.
Para los expertos, al garantizar que las personas con ingresos más altos tengan cada vez mayores subsidios, las reformas propuestas mantienen y exacerban la inequidad del sistema actual. La reforma también eleva los costos del pasivo pensional a la astronómica cifra del 196 % del PIB y asegura el derrumbe eventual de la pirámide pensional. Adicionalmente, la reforma no está teniendo en cuenta que la combinación del envejecimiento de la población, agregada a una muy segura disminución de los ingresos fiscales (producto de la desaparición de los ingresos de la minería y los hidrocarburos), va a hacer necesario que las pensiones continúen siendo financiadas con expansión monetaria, alimentando una espiral inflacionaria muy difícil de controlar. Las proyecciones de Asofondos indican que para mediados de este siglo solo habrá dos trabajadores por cada pensionado, y a finales del siglo solo uno a uno. De acuerdo con los expertos, la razón de dos cotizantes por cada pensionista no debe bajar de dos para poder garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. En España, que muy rápidamente se acerca al umbral de los dos cotizantes por cada pensionado, estiman que para el 2053 la península va a necesitar 24 millones de inmigrantes (800.000 por año) solo para equilibrar el sistema pensional. Para el Banco de España, el problema pensional es “uno de los mayores desafíos que enfrenta la nación”.
Apostilla: En su día, Trump había afirmado que pensaba “drenar el pantano”. Para sus múltiples contradictores, en realidad lo que hizo Trump fue hacerse cabeza de los cocodrilos. En la España de hoy Pedro Sánchez, agobiado por los problemas judiciales de su mujer, pero firme en su intención de mantenerse como cabeza de los cocodrilos, afirma que llevan demasiado tiempo dejando que el fango colonice impunemente la vida política. ¿Será que la obsesión con los lodazales es característica de la extrema derecha y de la extrema izquierda?