La izquierda odia el capitalismo, mas no el capital
En uno de los más sonados casos de corrupción en el país, en menos de ocho horas la Ungrd adjudicó una compra de $48 mil millones a una microempresa, Impoamericana Roger, dedicada a la importación y exportación de abarrotes y productos enlatados. El afortunado dueño de Impoamericana, Roger Pastas, es un estudiante de veterinaria de 26 años que no pudo disimular la facilidad con que se había ganado dicho contrato. El pasado diciembre el director de la Ungrd, Olmedo López, había sido suspendido por negligencia por la Contraloría, suspensión que atrajo la ira de la presidencia: “El mandatario valora profundamente el compromiso y la dedicación de Olmedo López en esta importante labor, y por eso solicito, enfáticamente, su continuidad en el cargo”. Pero las sospechas de que algo turbio se estaba cocinando bajo las narices de Olmedo, tramoya cuyo hedor llegaba hasta la Casa de Nariño, hizo que el secretario de Trasparencia de la Presidencia denunciara ante los entes de control y judiciales a López. Tras la denuncia penal, a Olmedo no le quedó alternativa diferente a renunciar.
En España igualmente se cuecen habas. El affair Koldo es un escabroso caso de corrupción que no solo persigue al cuestionado exministro José Luis Ábalos, sino que salpica y pone contra las cuerdas a parte del gobierno de Pedro Sánchez, incluyendo la presidenta del Congreso, Francina Armengol. ¿Qué es el affair Koldo? Es un caso que implica el cobro de comisiones ilegales por la venta de material sanitario a administraciones públicas gobernadas por el PSOE. Koldo García pasó de ser portero en un puticlub (como graciosamente llaman en España a los burdeles bailables) a alto funcionario bajo Ábalos, el que hace unos años recibió con albricias en el Aeropuerto de Barajas a Delcy Rodríguez, en ese entonces ministra de Relaciones Exteriores de Maduro, no obstante haber una prohibición explícita de que los altos funcionarios chavistas pisaran la Unión Europea.
¿Por qué ocurren desastres como el de los carrotanques y las mascarillas? En Colombia, los “decretos de emergencia” permiten hacerles el quite a los mecanismos de Colombia Compra Eficiente, y los corruptos enquistados en las administraciones pueden cometer y seguir cometiendo estropicios como el de los carrotanques. En España, amparados en la urgencia del covid, diversos organismos del Estado se saltaron por encima los mínimos controles contractuales y presupuestales, y se dedicaron a comprar como locos mascarillas. Que fueran defectuosas o no era lo de menos. Ambos casos de flagrante corrupción corroboran que cuando pueden saltarse los controles por “urgencias manifiestas”, los pícaros hacen su agosto. Ambos gobiernos, el del “cambio” acá y el de izquierda independista allá, odian al capitalismo, mas todo indica que no el capital.
Apostilla: el nuevo director de Gestión del Riesgo y Desastres, Carlos Carrillo, afirma: “Estoy seguro de que en la Ungrd hay personas honestas”. Con toda certeza otros directores de la actual administración afirmarían lo mismo que Carrillo respecto a las personas en las instituciones que encabezan. No sabría decir, pero supongo que, si aportan pruebas contundentes e irrefutables, habrá que creerles.
En uno de los más sonados casos de corrupción en el país, en menos de ocho horas la Ungrd adjudicó una compra de $48 mil millones a una microempresa, Impoamericana Roger, dedicada a la importación y exportación de abarrotes y productos enlatados. El afortunado dueño de Impoamericana, Roger Pastas, es un estudiante de veterinaria de 26 años que no pudo disimular la facilidad con que se había ganado dicho contrato. El pasado diciembre el director de la Ungrd, Olmedo López, había sido suspendido por negligencia por la Contraloría, suspensión que atrajo la ira de la presidencia: “El mandatario valora profundamente el compromiso y la dedicación de Olmedo López en esta importante labor, y por eso solicito, enfáticamente, su continuidad en el cargo”. Pero las sospechas de que algo turbio se estaba cocinando bajo las narices de Olmedo, tramoya cuyo hedor llegaba hasta la Casa de Nariño, hizo que el secretario de Trasparencia de la Presidencia denunciara ante los entes de control y judiciales a López. Tras la denuncia penal, a Olmedo no le quedó alternativa diferente a renunciar.
En España igualmente se cuecen habas. El affair Koldo es un escabroso caso de corrupción que no solo persigue al cuestionado exministro José Luis Ábalos, sino que salpica y pone contra las cuerdas a parte del gobierno de Pedro Sánchez, incluyendo la presidenta del Congreso, Francina Armengol. ¿Qué es el affair Koldo? Es un caso que implica el cobro de comisiones ilegales por la venta de material sanitario a administraciones públicas gobernadas por el PSOE. Koldo García pasó de ser portero en un puticlub (como graciosamente llaman en España a los burdeles bailables) a alto funcionario bajo Ábalos, el que hace unos años recibió con albricias en el Aeropuerto de Barajas a Delcy Rodríguez, en ese entonces ministra de Relaciones Exteriores de Maduro, no obstante haber una prohibición explícita de que los altos funcionarios chavistas pisaran la Unión Europea.
¿Por qué ocurren desastres como el de los carrotanques y las mascarillas? En Colombia, los “decretos de emergencia” permiten hacerles el quite a los mecanismos de Colombia Compra Eficiente, y los corruptos enquistados en las administraciones pueden cometer y seguir cometiendo estropicios como el de los carrotanques. En España, amparados en la urgencia del covid, diversos organismos del Estado se saltaron por encima los mínimos controles contractuales y presupuestales, y se dedicaron a comprar como locos mascarillas. Que fueran defectuosas o no era lo de menos. Ambos casos de flagrante corrupción corroboran que cuando pueden saltarse los controles por “urgencias manifiestas”, los pícaros hacen su agosto. Ambos gobiernos, el del “cambio” acá y el de izquierda independista allá, odian al capitalismo, mas todo indica que no el capital.
Apostilla: el nuevo director de Gestión del Riesgo y Desastres, Carlos Carrillo, afirma: “Estoy seguro de que en la Ungrd hay personas honestas”. Con toda certeza otros directores de la actual administración afirmarían lo mismo que Carrillo respecto a las personas en las instituciones que encabezan. No sabría decir, pero supongo que, si aportan pruebas contundentes e irrefutables, habrá que creerles.