Al hacerse públicas las acusaciones en su contra por acoso sexual, el político español Iñigo Errejón —uno de los cuatro fundadores del partido de extrema izquierda Podemos— renunció como portavoz parlamentario de Sumar (coalición de izquierda parecida al Pacto Histórico). Errejón en su carta de renuncia afirmó: “Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano”.
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Al hacerse públicas las acusaciones en su contra por acoso sexual, el político español Iñigo Errejón —uno de los cuatro fundadores del partido de extrema izquierda Podemos— renunció como portavoz parlamentario de Sumar (coalición de izquierda parecida al Pacto Histórico). Errejón en su carta de renuncia afirmó: “Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano”.
El neoliberalismo, como en su día lo calificaba el nobel Mario Vargas Llosa, “es la ideología más vilipendiada y calumniada del mundo, es utilizado como una etiqueta para caricaturizar al liberalismo y hacerlo responsable de todas las calamidades”. En un inicio el término “neoliberal” fue utilizado para identificar a aquellos que abrazaban el Consenso de Washington abogando por un Estado más eficiente y menos burocratizado. Con el tiempo, el término adquirió connotaciones políticas: todo aquel que no fuera de izquierda, necesariamente era “neoliberal”. En esta década del wokeismo y la “corrección política”, el “neoliberalismo” pareciera haberse convertido en atributo de acosadores, psicópatas cuyas características psicológicas comunes son que son egocéntricos, paranoicos, envidiosos y mitómanos. Para la profesional María José Edreira el perfil del acosador refleja “mentira compulsiva y sistemática: suele llevar una doble vida y reinventa su privacidad haciéndose pasar por víctima. Trata de fingir las características necesarias para ganarse la confianza de los demás en todos los ámbitos de su vida. Muestra una imagen de buena persona. La mentira que desarrolla suele ser de grandes dimensiones y descarada”. Una somera búsqueda por este columnista sobre el perfil de los acosadores no encontró mención alguna a que —igual que Iñigo— llevaran “una forma de vida neoliberal”.
Donde Errejón tiene mucha razón es cuando acepta “la contradicción entre el personaje y la persona”. Esta contradicción pareciera ser una característica muy común en la izquierda: les encantan los chalets en las urbanizaciones elegantes; calzan sin pudor sus Ferragamo; lucen relojes de lujo, preferiblemente Rolex; cuando viajan no se bajan de primera clase; y les fascinan los hoteles de cinco estrellas y los restaurantes impagables. Hace unos años Pablo Iglesias, otro de los fundadores de Podemos, con su mujer compraron un ostentoso chalet en la urbanización más elegante de Madrid, Galapagar. Menos cursis que Errejón, los Iglesias al coronar sus aspiraciones de codearse con la alta burguesía no culparon al “neoliberalismo”.
¿Será que todos los zurdos, como lo afirmaba Nicolás Gómez Dávila, cuando dejan de luchar por la posesión de la propiedad privada, lucharán es por el usufructo de la propiedad colectiva?
Apostilla: Lajusticia cojea, pero llega: 1. Un Tribunal argentino confirmó este miércoles la condena de seis años de prisión e “inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos” a la expresidenta argentina Cristina Kirchner por el delito de administración fraudulenta de fondos públicos. 2. Después de dos décadas de persecución política, Santiago Uribe Vélez fue declarado inocente.