“Nada enternece más al burgués que el revolucionario de país ajeno”. Nicolás Gómez Dávila
Los europeos han tenido una actitud ambigua respecto al terrorismo en Colombia: hasta hace poco reinaba un ánimo protector y comprensivo hacia la guerrilla… Bastaba visitar a uno que otro parlamentario de izquierda o asistir a los eventos que por docenas organizaban ONG e iglesias para darse cuenta de la ternura que muchos europeos albergaban por nuestros terroristas. En el seno del Parlamento Europeo había y sigue habiendo sectores de la izquierda que aplauden a viva voz los postulados de las Farc y del Eln. El apoyo a los terroristas de país ajeno, en muy buena parte de la sociedad europea, era manifiesto.
Todo parece indicar que esta ternura no cobija a los terroristas dentro del continente europeo. Después de sufrir numerosos atentados, Francia acaba de aprobar una dura ley antiterrorista que ha aumentado las penas de manera progresiva de 5 a 20 años. El gobierno de Macron contempla la cadena perpetua para quienes participen en estos atentados y a la joven colombiana, colaboradora del ISIS, Paula Echavarría, la esperan 20 años de cárcel. Al parecer, el rol de la caleña era clave, existiendo evidencia de que mantenía comunicación fluida por chats de celular con otros miembros de una célula islamista. Según la revista Semana (nov. 21/17), “después de los ataques terroristas de los últimos dos años, la mayoría de los estados europeos, principalmente Francia y Suiza, han endurecido fuertemente las leyes, a tal punto que quien tenga una simple conversación o un mensaje en el que insinúe la posibilidad de cometer cualquier acto contra la seguridad corre el riesgo de que las autoridades lo detengan, e incluso de pasar varios años en la cárcel”.
En Europa también reina un alto nivel de hipocresía. Los noruegos, tan afectos a las Farc (le pagan el salario a Enrique Santiago, el energúmeno abogado comunista de las Farc), tienen un fondo que durante dos décadas se ha construido a partir de ingresos procedentes del petróleo y del gas y cuyo patrimonio sobrepasa el billón de dólares (un millón de millones de dólares). Los administradores de dicho fondo, después de liquidar los activos relacionados con el sector del carbón, han decidido eliminar la totalidad de las inversiones en los combustibles fósiles. Más que diversificar el riesgo, lo que en verdad aspiran los noruegos es quedar bien con los ambientalistas. Desinvertir en el petróleo y el gas tiene el mismo tufillo hipócrita que tendrían las pretensiones de una zorra que, después de haber logrado amasar un capital con base en el hábil manejo de sus caderas, decide renegar del oficio más antiguo del mundo.
Apostilla: Las Farc afirman que “los policías y soldados no estaban secuestrados sino pagando cárcel en la selva”. Haciendo abstracción de las condiciones infrahumanas en que a los plagiados los tenía el Mono Jojoy, condiciones que no se veían ni en los campos de concentración de los nazis, cabe preguntarles a las Farc si habiendo Pablo Escobar declarado guerra al Estado, ¿los policías y militares que tenía secuestrados también eran prisioneros de guerra? Las Farc nos han dado a los colombianos un abrebocas de las conclusiones del informe de la Comisión de la Verdad, comisión en donde ellos han colocado sus alfiles.
“Nada enternece más al burgués que el revolucionario de país ajeno”. Nicolás Gómez Dávila
Los europeos han tenido una actitud ambigua respecto al terrorismo en Colombia: hasta hace poco reinaba un ánimo protector y comprensivo hacia la guerrilla… Bastaba visitar a uno que otro parlamentario de izquierda o asistir a los eventos que por docenas organizaban ONG e iglesias para darse cuenta de la ternura que muchos europeos albergaban por nuestros terroristas. En el seno del Parlamento Europeo había y sigue habiendo sectores de la izquierda que aplauden a viva voz los postulados de las Farc y del Eln. El apoyo a los terroristas de país ajeno, en muy buena parte de la sociedad europea, era manifiesto.
Todo parece indicar que esta ternura no cobija a los terroristas dentro del continente europeo. Después de sufrir numerosos atentados, Francia acaba de aprobar una dura ley antiterrorista que ha aumentado las penas de manera progresiva de 5 a 20 años. El gobierno de Macron contempla la cadena perpetua para quienes participen en estos atentados y a la joven colombiana, colaboradora del ISIS, Paula Echavarría, la esperan 20 años de cárcel. Al parecer, el rol de la caleña era clave, existiendo evidencia de que mantenía comunicación fluida por chats de celular con otros miembros de una célula islamista. Según la revista Semana (nov. 21/17), “después de los ataques terroristas de los últimos dos años, la mayoría de los estados europeos, principalmente Francia y Suiza, han endurecido fuertemente las leyes, a tal punto que quien tenga una simple conversación o un mensaje en el que insinúe la posibilidad de cometer cualquier acto contra la seguridad corre el riesgo de que las autoridades lo detengan, e incluso de pasar varios años en la cárcel”.
En Europa también reina un alto nivel de hipocresía. Los noruegos, tan afectos a las Farc (le pagan el salario a Enrique Santiago, el energúmeno abogado comunista de las Farc), tienen un fondo que durante dos décadas se ha construido a partir de ingresos procedentes del petróleo y del gas y cuyo patrimonio sobrepasa el billón de dólares (un millón de millones de dólares). Los administradores de dicho fondo, después de liquidar los activos relacionados con el sector del carbón, han decidido eliminar la totalidad de las inversiones en los combustibles fósiles. Más que diversificar el riesgo, lo que en verdad aspiran los noruegos es quedar bien con los ambientalistas. Desinvertir en el petróleo y el gas tiene el mismo tufillo hipócrita que tendrían las pretensiones de una zorra que, después de haber logrado amasar un capital con base en el hábil manejo de sus caderas, decide renegar del oficio más antiguo del mundo.
Apostilla: Las Farc afirman que “los policías y soldados no estaban secuestrados sino pagando cárcel en la selva”. Haciendo abstracción de las condiciones infrahumanas en que a los plagiados los tenía el Mono Jojoy, condiciones que no se veían ni en los campos de concentración de los nazis, cabe preguntarles a las Farc si habiendo Pablo Escobar declarado guerra al Estado, ¿los policías y militares que tenía secuestrados también eran prisioneros de guerra? Las Farc nos han dado a los colombianos un abrebocas de las conclusiones del informe de la Comisión de la Verdad, comisión en donde ellos han colocado sus alfiles.