Todo indica que Javier Milei será otro mandatario populista en América Latina. Hasta ahí, nada nuevo; uno más en la larga lista de políticos que han sabido capturar el descontento popular para llegar a la presidencia. Pero eso no es todo, porque si así fuera no estaría escribiendo esta columna. ¿Qué hay de distinto entonces? Pues que Milei hace parte de un fenómeno mucho más amplio y más preocupante, que está socavando la democracia desde adentro.
Milei ha reconfirmado, después de Trump, Bolsonaro y Chávez, entre otros, que para convencer a los votantes es menos importante tener buenas ideas que instigar sus pasiones. Me dirán...