Ni la diplomacia ni la compasión han servido para contener el horror de la ofensiva militar de Israel en Gaza. En medio de la desesperanza, trato de entender lo mucho que hay de trágico, de infame y de insensato en este conflicto. De eso hablaré en esta columna.
Empiezo por lo trágico. Israelíes y palestinos comparten una historia y un territorio desde hace miles de años, pero la política y la religión han malogrado lo que de común, incluso de hermandad, había en la historia de estos pueblos. El fracaso prolongado de las negociaciones de paz empoderó a los líderes políticos extremistas en cada uno de los dos bandos. Hamás, el grupo...