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                                                                                                                                Las otras víctimas

                                                                                                                                Mi padre, Jaime García Isaza, murió el martes pasado en Medellín, después de haber sido atropellado por una moto en la calle San Juan.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Lo que sí voy a hacer es hablar del desangre social que representan los accidentes de moto en Colombia. Empiezo diciendo que en un país en donde el transporte público es malo o inexistente, las motos han sido una bendición para mucha gente pobre. Comprar una moto en Colombia es muy fácil; no se necesita dinero para la cuota inicial y ni siquiera se requiere tener permiso de conducción (las comercializadoras se encargan de eso). De ahí el crecimiento exponencial del negocio: en 2004 se vendieron 164.000 motos; en 2013, 660.000, cuatro veces más. En muchas partes del país las motos han acabado con los buses.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                El Estado es responsable de todo esto por una doble omisión: primero por no garantizar un transporte público decente (ni siquiera en Bogotá), y segundo por no afrontar las consecuencias de su omisión, es decir, por no regular la explosión de motos que se origina en su incapacidad para crear un transporte público decente. El resultado de estas dos omisiones es un problema monumental de salud pública que consume una parte importante del PIB y que causa un dolor inmenso en la población, sobre todo en los más pobres. Lo peor es que, como los muertos de esta tragedia son a cuentagotas, están dispersos por todo el territorio y no son el producto de un actor armado o de una catástrofe natural, sino de la falta de regulación, la tragedia no se ve. Es una tragedia sorda e implacable que a nuestra clase dirigente, indolente y torpe, le importa poco, en buena parte porque la mayoría de las víctimas son jóvenes pobres e impetuosos o viejos indefensos, como mi padre.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Lo que sí voy a hacer es hablar del desangre social que representan los accidentes de moto en Colombia. Empiezo diciendo que en un país en donde el transporte público es malo o inexistente, las motos han sido una bendición para mucha gente pobre. Comprar una moto en Colombia es muy fácil; no se necesita dinero para la cuota inicial y ni siquiera se requiere tener permiso de conducción (las comercializadoras se encargan de eso). De ahí el crecimiento exponencial del negocio: en 2004 se vendieron 164.000 motos; en 2013, 660.000, cuatro veces más. En muchas partes del país las motos han acabado con los buses.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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