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Lo valioso de Jericó

Mauricio García Villegas
26 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.
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La teoría de las ventajas comparativas, formulada a principios del siglo XIX por David Ricardo, dice algo muy sencillo: los países deben producir y exportar los bienes que fabrican a menor costo e importar el resto. Si su país tiene buenos zapateros y malos sastres, debe vender zapatos e importar vestidos. Así las cosas, ¿qué deberíamos exportar nosotros? Durante casi todo el siglo XX se pensó que lo nuestro era el café y otros pocos productos agrícolas. Los gobiernos de las últimas décadas, sin embargo, cambiaron esa vocación por la minería y, fieles a eso, otorgaron títulos mineros a diestra y siniestra. Muchos de los poseedores de esos títulos hacen hoy hasta lo imposible por obtener las licencias que les permitan sacar el oro y el cobre que se esconde debajo de las laderas tibias y fértiles donde se cultiva el café.

Una de esas laderas está en el suroeste antioqueño, en el municipio de Jericó. Conozco bien ese paraje, por haber recorrido muchas veces sus montañas, a pie y a caballo, desde que era niño, en compañía de mis amigos y de mi familia. Jericó y sus montañas es uno de los sitios más bellos que conozco: la vegetación está llena de árboles inmensos y de innumerables especies de pájaros, insectos y flores, todo ello en medio de un clima tibio que abastece de sol y agua en la dosis perfecta para que la naturaleza florezca a sus anchas. Por sus quebradas de grandes piedras negras, como elefantes dormidos, descienden aguas cristalinas que luego se sosiegan cuando desembocan en el río Cartama, un afluente del Cauca que tiene sabaletas y orillas de arena blanca. En las últimas décadas, los habitantes de este municipio han tomado conciencia de la increíble belleza del sitio en el que viven y por eso se han dedicado a embellecer sus pueblos, que ya eran bellos, empezando por Jericó, que hoy es un centro de turismo en donde se puede apreciar lo mejor de la tradición antioqueña.

Todo este paraíso terrenal está hoy amenazado por la AngloGold Ashanti, una multinacional de dudosa reputación que planea construir una mina inmensa en ese municipio. Buena parte de los políticos locales han sido cooptados por ella y a la población se le han prometido regalías fabulosas que, dicen, compensarán el inevitable menoscabo de la naturaleza que traerá consigo la mina. Pero las regalías son, valga la metáfora, pajaritos de oro: espejismos que no enriquecen a nadie (salvo a los mineros), como no se ha enriquecido, por ejemplo, la Guajira con la mina del Cerrejón, ni casi ningún país pobre que se dedique a exportar minerales.

La minería, ya lo deberíamos saber, por nuestros vecinos y por nuestra historia (desde la leyenda de El Dorado), no solo no produce desarrollo sino que, casi siempre, lo impide. El desarrollo perdurable requiere de esfuerzo e innovación. Los países que viven de la renta minera se vuelven perezosos, no crean industrias y pierden su creatividad; por eso terminan perdiendo.

Así pues, lo que parece una ventaja comparativa, el cobre o el oro, es en realidad una desventaja y lo que de hecho es una ventaja, el entorno natural, la belleza del paisaje y las costumbres de la gente, se pierde cuando llega la mina. Nuestras ventajas comparativas están al alcance de la vista, no enterradas en el subsuelo. Lo pongo en los términos de Ricardo: nuestra ventaja real, naturaleza más cultura, tiene un valor incalculable, mientras que la otra ventaja, el valor monetario del mineral, se esfuma en la banca internacional. Por eso deberíamos importar el cobre y vender turismo.

 

Azerdas(15274)27 de septiembre de 2020 - 01:55 p. m.
Estimado colega Mauricio: El planteamiento de las ventajas comparativas de Ricardo está equivocado. Lo que prima en el comercio internacional son las ventajas absolutas: menores costos de producción merced al avance tecnológico, innovación. Ya lo demostró Prebisch desde la Cepal en los 50 del siglo pasado. Y otros teóricos como A. Shaikh.
Francisco(82596)26 de septiembre de 2020 - 11:37 p. m.
Hola, amigos. Cómo será de ruinoso para el país el negocio de la minería que hasta el expresidente Gaviria salió el otro día en "Pregunta Yamid" a decir que era una locura la explotación minera en Santurbán; no dejaba ganancias para el país o irrisorias. En cambio acababa con las fuentes de agua del páramo o de su entorno. Y quien dice Santurbán dice Jericó u otros lugares en grave riesgo.
luis(89686)26 de septiembre de 2020 - 04:28 p. m.
" Mientras miles de chocoanos se morían de hambre en miserables casuchas, con las ganancias mineras del Chocó se construyó el Yankee Stadium de Nueva York. La compañía Chocó Pacífico fue una síntesis de una historia sórdida y oscura de sobornos, despojos, pillaje y segregación racial". (SEMANA).
name(61569)26 de septiembre de 2020 - 04:19 p. m.
Está más que probado, a través de los años, que, como dice García, la explotación de las minería solo beneficia las mineros-empresarios. Recorran cada uno de los territorios ricos en minas y solo encontrarán pobreza entre sus pobladores. No se encuentra un solo caserío, villorio, municipio o ciudad rica, como le correspondería, de ser verdad lo que dicen los que venden "pajaritos de oro". Graci
Rafael(27300)26 de septiembre de 2020 - 04:00 p. m.
Tenia que llegar el dia: no estamos de acuerdo. El enemigo no es la minería, asi en abstracto o en general. Es mucho lo que se ha hecho con el petróleo, si no se ha hecho algo con el FerroNiquel y el Carbón es responsabilidad de quién? Igual fue pésimo creer q todo era café y torpe presentar el aguacate como reemplazo del petróleo, si acaso el canabis. Seamos creativos y responsables.
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