Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                25 de junio de 2020 - 12:00 a. m.

                                                                                                                                Conviviendo con el enemigo

                                                                                                                                Aunque parezca insólito, por el maltrato y el desprecio español hacia ellos, “los indios veían en el conquistador a un dios”. Esta paradoja es aún más desconcertante para las mujeres, particularmente atraídas por los invasores.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Casi la totalidad (94%) de quienes vinieron eran hombres. No eran hábiles trabajadores, ni labriegos, ni artesanos. Las autoridades españolas intentaron ser selectivas con las autorizaciones para viajar al nuevo mundo. Abogados, por ejemplo, al igual que “delincuentes, pillos o pícaros” no podían emigrar por “su afición a los pleitos, su pasión por la trácala y su capacidad de engullir bienes y fortunas en procesos interminables”. Pero la realidad estuvo lejos de los deseos oficiales: en la tripulación de las Tres Carabelas ya venían presidiarios. A La Española llegó “la más escogida colección de gentuza que nunca se juntó: exsoldados, nobles arruinados, aventureros, criminales y convictos”. En una carta al emperador, Hernán Cortés se quejaba porque “la mayoría de los españoles que han venido aquí son de baja calidad, violentos, viciosos”. Para Miguel de Cervantes, América era “refugio y amparo de los desesperados, iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores”.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Además del lumpen, vinieron individuos con escasos chances de supervivencia en su tierra natal. “Campesinos sin tierra, artesanos sin trabajo, gente sin oficio, segundones perjudicados por el mayorazgo que favorecía al primogénito, marginados o perseguidos”. A ellos se sumaron aventureros y cazafortunas que buscaban conquistar con las armas, o con suerte, “la fama, la honra y la riqueza” que ya no podían conseguir en la Península. Su ambición, como la de cualquier hidalgo de la época, era vivir de manera opulenta sin trabajar.

                                                                                                                                Funcionarios coloniales se quejaban permanentemente porque campesinos y artesanos al llegar a América se negaban a ejercer sus oficios, para vivir como si fuesen señores. Tras 20 años de experiencia en México, un misionero franciscano anota que “nunca hacen otra cosa que demandar, y por mucho que les den nunca están contentos; a doquiera que están todo lo enconan y corrompen, hediondos como carne dañada, y no se aplican a hacer nada sino mandar; son zánganos que comen la miel que labran las pobres abejas”. Recuerda a muchos políticos colombianos contemporáneos, civiles o armados.

                                                                                                                                En el nuevo mundo, esta manada de cafres que nunca habían visto un cuerpo femenino “sin pesados ropajes ni siquiera en la pintura de la época, monotemática, obsesivamente religiosa”, encontraron gente liberada, mujeres desinhibidas que tenían sexo lúdico y consideraban intrascendente la virginidad. En Cuba, cuenta un cronista, “en la fiesta de boda, la novia fornica con todos los asistentes a la celebración”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Las mujeres aborígenes prefirieron a los españoles en parte por la intuición de que un hijo mestizo tendría mejores posibilidades en ese mundo de foráneos que, formateados con represión cristiana, reaccionaban impulsivamente ante los atributos físicos femeninos. Su actitud era poco modesta, todo lo contrario: prepotente y soberbia. Fungían de amos y señores. Además, como pareja preferían a sus coterráneas y después a las indígenas de tez más clara.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Miguel Díaz llegó con Colón a La Española y huyó con seis amigos tras una pelea. Fueron acogidos por la cacica Osema, bautizada luego Catalina, quien se enamoró perdidamente de Díaz y tuvo con él dos hijos, los primeros mestizos legitimados en América.

                                                                                                                                Poco después del descubrimiento, muchas mujeres aborígenes se decoloraban la piel para parecer blancas. Un cronista anota que en La Española, “como tienen envidia de ver a las mujeres hispanas, toman las raíces del guao y las asan muy bien… las convierten en pasta de ungüento (que) se untan en la cara y el pescuezo… Al cabo de nueve días quedan tan blancas que no las conocerían”.

                                                                                                                                ¿Por qué a las mujeres nativas les gustaban esos hombres tan vagos, sucios, desagradables, prepotentes y violentos que venían de ultramar? Una posible respuesta la ofrece la teoría darwinista de la selección sexual. Nada más visceralmente atractivo para una mujer que un hombre inmune a una plaga que diezma a su grupo. Esta observación es tan universal que aplica a cualquier hembra, de cualquier especie. Las señales —fidedignas o engañosas— de buena salud son el principal criterio para el deseo de apareamiento, incluso por encima del acceso a recursos. Tanto, que muchos animales presentan complejas e inútiles características —como la cola del pavo real— que los incomodan para alimentarse o que atraen depredadores, poniendo en riesgo su supervivencia, con tal de poder enviar el mensaje de que están sanos, vigorosos y transmitirán genes resistentes a las enfermedades.

                                                                                                                                Así, una razón escueta para explicar la preferencia de algunas mujeres indígenas por la piel blanca al elegir al padre de sus hijos es que se trataba de una señal inconfundible de buena salud, de inmunidad a las epidemias que mataban al resto de la población.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ver más…

                                                                                                                                Aunque parezca insólito, por el maltrato y el desprecio español hacia ellos, “los indios veían en el conquistador a un dios”. Esta paradoja es aún más desconcertante para las mujeres, particularmente atraídas por los invasores.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Casi la totalidad (94%) de quienes vinieron eran hombres. No eran hábiles trabajadores, ni labriegos, ni artesanos. Las autoridades españolas intentaron ser selectivas con las autorizaciones para viajar al nuevo mundo. Abogados, por ejemplo, al igual que “delincuentes, pillos o pícaros” no podían emigrar por “su afición a los pleitos, su pasión por la trácala y su capacidad de engullir bienes y fortunas en procesos interminables”. Pero la realidad estuvo lejos de los deseos oficiales: en la tripulación de las Tres Carabelas ya venían presidiarios. A La Española llegó “la más escogida colección de gentuza que nunca se juntó: exsoldados, nobles arruinados, aventureros, criminales y convictos”. En una carta al emperador, Hernán Cortés se quejaba porque “la mayoría de los españoles que han venido aquí son de baja calidad, violentos, viciosos”. Para Miguel de Cervantes, América era “refugio y amparo de los desesperados, iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores”.

                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Además del lumpen, vinieron individuos con escasos chances de supervivencia en su tierra natal. “Campesinos sin tierra, artesanos sin trabajo, gente sin oficio, segundones perjudicados por el mayorazgo que favorecía al primogénito, marginados o perseguidos”. A ellos se sumaron aventureros y cazafortunas que buscaban conquistar con las armas, o con suerte, “la fama, la honra y la riqueza” que ya no podían conseguir en la Península. Su ambición, como la de cualquier hidalgo de la época, era vivir de manera opulenta sin trabajar.

                                                                                                                                Funcionarios coloniales se quejaban permanentemente porque campesinos y artesanos al llegar a América se negaban a ejercer sus oficios, para vivir como si fuesen señores. Tras 20 años de experiencia en México, un misionero franciscano anota que “nunca hacen otra cosa que demandar, y por mucho que les den nunca están contentos; a doquiera que están todo lo enconan y corrompen, hediondos como carne dañada, y no se aplican a hacer nada sino mandar; son zánganos que comen la miel que labran las pobres abejas”. Recuerda a muchos políticos colombianos contemporáneos, civiles o armados.

                                                                                                                                En el nuevo mundo, esta manada de cafres que nunca habían visto un cuerpo femenino “sin pesados ropajes ni siquiera en la pintura de la época, monotemática, obsesivamente religiosa”, encontraron gente liberada, mujeres desinhibidas que tenían sexo lúdico y consideraban intrascendente la virginidad. En Cuba, cuenta un cronista, “en la fiesta de boda, la novia fornica con todos los asistentes a la celebración”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Las mujeres aborígenes prefirieron a los españoles en parte por la intuición de que un hijo mestizo tendría mejores posibilidades en ese mundo de foráneos que, formateados con represión cristiana, reaccionaban impulsivamente ante los atributos físicos femeninos. Su actitud era poco modesta, todo lo contrario: prepotente y soberbia. Fungían de amos y señores. Además, como pareja preferían a sus coterráneas y después a las indígenas de tez más clara.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Miguel Díaz llegó con Colón a La Española y huyó con seis amigos tras una pelea. Fueron acogidos por la cacica Osema, bautizada luego Catalina, quien se enamoró perdidamente de Díaz y tuvo con él dos hijos, los primeros mestizos legitimados en América.

                                                                                                                                Poco después del descubrimiento, muchas mujeres aborígenes se decoloraban la piel para parecer blancas. Un cronista anota que en La Española, “como tienen envidia de ver a las mujeres hispanas, toman las raíces del guao y las asan muy bien… las convierten en pasta de ungüento (que) se untan en la cara y el pescuezo… Al cabo de nueve días quedan tan blancas que no las conocerían”.

                                                                                                                                ¿Por qué a las mujeres nativas les gustaban esos hombres tan vagos, sucios, desagradables, prepotentes y violentos que venían de ultramar? Una posible respuesta la ofrece la teoría darwinista de la selección sexual. Nada más visceralmente atractivo para una mujer que un hombre inmune a una plaga que diezma a su grupo. Esta observación es tan universal que aplica a cualquier hembra, de cualquier especie. Las señales —fidedignas o engañosas— de buena salud son el principal criterio para el deseo de apareamiento, incluso por encima del acceso a recursos. Tanto, que muchos animales presentan complejas e inútiles características —como la cola del pavo real— que los incomodan para alimentarse o que atraen depredadores, poniendo en riesgo su supervivencia, con tal de poder enviar el mensaje de que están sanos, vigorosos y transmitirán genes resistentes a las enfermedades.

                                                                                                                                Así, una razón escueta para explicar la preferencia de algunas mujeres indígenas por la piel blanca al elegir al padre de sus hijos es que se trataba de una señal inconfundible de buena salud, de inmunidad a las epidemias que mataban al resto de la población.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ver más…

                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar