Socialistas y comunistas que pregonan la acción colectiva, que aborrecen el egoísmo y la codicia, también emprenden jugosos negocios como aliados o parásitos del Estado y eliminando competidores.
Algunos, empresarios o profesionales, estrechan vínculos con gobernantes receptivos a intercambiar favores. Otros, políticos sectarios, pueden defender dictadores y exigir complicidad en tan indigna labor al staff más cercano de un gobierno elegido democráticamente. Quienes se han levantado en armas aprovechan su propensión al riesgo para los negocios o la política, reiteran su obsesión por el pueblo y exhiben siempre su falta de respeto a cualquier norma o autoridad para actuar sin restricciones y justificarse con total desapego a la verdad.
Cuando en 2004 José Luis Rodríguez Zapatero ganó la presidencia española, quiso montar un grupo de medios de comunicación que desplazara a Prisa, dueña de El País y la cadena SER. Pocos años después, Juan Luis Cebrián, del mismo conglomerado, hablaba de los “brujos visitadores de la Moncloa”. No le perdonaba a Zapatero la “adjudicación casi inmediata” de LaSexta a unos antiguos socios de Miguel Barroso, quien acabaría en el Consejo de Administración de Prisa y, simultáneamente, siendo accionista de la cadena rival. Este ministro de Zapatero “siempre compaginó la labor mediática y empresarial con la política… desde Felipe González”. Su variada actividad profesional no le impidió escribir novelas. La mezcla de política y ficción ayuda a entender su papel de “guionista de los gobiernos de Zapatero y Pedro Sánchez”.
Como asesor mediático de Sánchez, otro fundador de LaSexta, José Miguel Contreras, impuso el “tono reivindicativo y a ratos agresivo” de la campaña del 2023. Él y Barroso asesoran al sanchismo desde 2018 y fueron definitivos en el resurgimiento de Zapatero. Hasta principios de 2024, la productora de Contreras había recibido más de 23 millones de euros “por servicios prestados a RTVE”. En Marzo sumó otro contrato, junto con Prisa, por 4.5 millones.
LaSexta buscaba ser plataforma líder en TV. Para eso, hizo equipo con la empresa Mediapro de Jauma Roures, un insurgente convertido en zar del fútbol español y “hombre al que todos temen”. Nacido en 1950 en El Raval, Barcelona, abandonó la escuela con 12 años y a los 17, trotskista convencido, militó en el Front Obrer Català. En 1971 creó la Liga Comunista Revolucionaria con unos 2.000 miembros. Después visitó Nicaragua para colaborar con el sandinismo. En 1983 fue detenido como apoyo de ETA por alojar al organizador de un comando terrorista en Barcelona. Liberado en una semana, participó en la creación y desarrollo de TV3, la cadena catalana vocera del independentismo. Tras producir un video electoral a favor de Herri Batasuna lo mandaron a la sección deportiva del canal. Allí reforzó el proselitismo independentista con retransmisiones parcializadas y “un culto exagerado al FC Barcelona”. Con un reportaje “demostró” arbitraje cargado a favor del Real Madrid consiguiendo “el primer gran contrato del fútbol en España, le dimos al Barça 2.000 millones de pesetas. Con ese dinero se fichó el primer equipo de Cruyff”.
En 1995 creó Mediapro. Produjo películas como el documental “Comandante” de Oliver Stone sobre Fidel Castro y “Vicky, Cristina, Barcelona” de Woody Allen en donde mostró la ciudad elitista alejada del barrio popular donde él nació. En 2006 obtuvo de Zapatero la última licencia para LaSexta, “sin concurso y cuando se había decidido no conceder más licencias de televisión”. Tras una batalla judicial con Prisa ganó los primeros derechos de transmisión de futbol de la Liga. Desde 2009 tiene “los derechos de todos los equipos de primera división”, con la última palabra sobre fechas y horarios de juegos así como el monopolio para retransmisiones de los partidos con equipos españoles.
En 2015, el FBI involucró a Mediapro en el escándalo de la FIFA cuyo vicepresidente Jeffrey Webb “habría aceptado sobornos por un millón de euros de la filial americana por asegurar los derechos de retransmisión de los Mundiales”. Webb se declaró culpable por fraude, corrupción y lavado de dinero y quedó suspendido de por vida.
Combinando codicia con ideología, en 2017 Roures abrió “un centro de prensa, a 10 euros la acreditación diaria, para atender la información del referéndum en Cataluña”. Según la Guardia Civil, este patrón del fútbol sería “elemento capital” de la estrategia separatista catalana. En particular, según un informe de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, Roures haría parte de “un equipo conjunto de comunicaciones” entre Rusia y Cataluña para contactar burócratas rusos útiles al soberanismo”. De esa organización, creada y coordinada por Carles Puigdemont, también haría parte Xavier Vendrell, asesor y amigo de Petro desde su época de alcalde y otro buen ejemplo de exitoso negociante socialista con pasado violento. Continúa...