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La mala hora política de la izquierda condescendiente con Nicolás Maduro

Mauricio Rubio
05 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.

Quienes manifiestan repetidamente su afán por el juicio que enfrentarán ante la historia no han calibrado el garrafal error que cometen al ponerse del lado de la tiranía venezolana.

El 28 de agosto dos importantes partidos de izquierda, el PSOE español y el Morena mexicano, suscribieron una alianza para “fortalecer el progresismo y hacer frente al avance de la derecha extrema internacional”. Rafael Barajas, alfil de AMLO, precisó que la nueva ola reaccionaria comparte elementos con el fascismo. Hace dos años, el mismo Barajas había rechazado tajantemente las críticas al interior de Morena invitando a los inconformes a fundar su propio partido. El acuerdo con el PSOE se firmó en medio de un agitado debate sobre la reforma al poder judicial mexicano impulsada por el ejecutivo pues atenta contra la democracia al proteger “los privilegios oligárquicos y los intereses antinacionales en nuestro país”. Con pasmosa tranquilidad, apenas un mes después de las elecciones venezolanas cuyos resultados “oficiales”, rechazados por la mayoría de las democracias occidentales pero avalados por un Tribunal Supremo de Justicia de bolsillo, la izquierda que gobierna México y España mostró preocupación por la persecución judicial contra Begoña Gómez pero silenció el fraude electoral venezolano.

En España se abrió una marcada división entre la izquierda legalista que exige transparencia en el escrutinio y quienes, destacando el antiimperialismo, aún defienden un régimen capaz de cualquier atropello por atornillarse al poder. Partidos como Sumar y Podemos celebraron la supuesta victoria de Maduro “como si todavía fuera el representante de aquel chavismo que llegó al poder en 1998″. Muy visible fue el apoyo de Juan Carlos Monedero, quien entusiasta bailó en un acto de cierre de campaña. “Viendo la esperanza que tiene este pueblo por solventar todas sus dificultades se me contagia esa alegría. Ni las sanciones ni las mentiras les han doblegado”. Más escueto, Enrique Santiago, secretario del PC y asesor de las FARC durante la paz santista anotó que “el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela valida los resultados publicados por el CNE tras verificar las actas de escrutinio. En Venezuela la ultraderecha desestabiliza permanentemente, nunca reconoce a las instituciones ni prueba sus afirmaciones”.

Restringido por Europa, el gobierno sanchista cuestionó la victoria de Maduro pidiendo “total transparencia y una publicación de las actas mesa por mesa”. Su líder condenó “la destrucción de las libertades democráticas en Venezuela” y pidió la liberación de los presos políticos. Pero algunos sectores critican su tibieza y han pedido que aclare asuntos oscuros, como los frecuentes viajes a Venezuela del expresidente Zapatero, relacionista público internacional de Maduro, con generoso apoyo de recursos públicos.

Mientras que varios partidos de izquierda franceses, como socialistas y ecologistas, firmaron un comunicado pidiendo una auditoría a la votación, ni los comunistas ni los seguidores de Jean-Luc Mélenchon se unieron a la iniciativa; uno de los dirigentes insumisos hace propaganda a favor del sátrapa y el jefe guarda un “silencio ensordecedor” sobre la represión emprendida por el régimen.

En la reciente Asamblea Nacional de Colombia Humana fue nombrada presidente de la colectividad la congresista Gloria Flórez. En julio pasado había viajado a Venezuela como observadora internacional de las elecciones y había destacado la labor del Centro Carter, “una importante organización con años de experiencia en procesos electorales”. A las pocas semanas, luego que dicha organización concluyera que las últimas elecciones “no pueden considerarse democráticas”, la parlamentaria afirmó que el sistema electoral del vecino país era “bastante robusto y garantista”. A mediados de 2023, cuando la Contraloría General de Venezuela inhabilitó por 15 años a María Corina Machado para postularse a cargos de elección popular, Flórez anotó que en Colombia también había muchas personas políticamente inhabilitadas. Como recomendó Barajas a los morenistas insatisfechos, se dirigió a los petristas molestos con unas declaraciones poco amables del presidente para advertirles que “al que no le guste, que se vaya”. En cierta izquierda oficial ya no se critica ni se debate, se debe obedecer.

El summum del delirio revolucionario trasnochado es Daniel Ortega quien ofreció combatientes sandinistas si llegara a triunfar la contrarrevolución venezolana anticipando que la batalla será mucho mayor que la de su país “porque se involucra al Ejército de Colombia, a los mercenarios, a los asesinos, a los narcotraficantes colombianos”.

La verdadera piedra en el zapato para esta izquierda antidemocrática y cínica no es la extrema derecha, ni el fascismo, sino el presidente chileno Gabriel Boric. “La dictadura de Venezuela no es la izquierda. Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere”. Increíble que aún existan intelectuales de izquierda más en línea con Ortega que con Boris, como si semejante yerro no les fuera a pasar factura histórica.

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Usuario(82535)06 de septiembre de 2024 - 03:12 p. m.
Venezuela iran rusia China por un ladito Usa son quienes resuelven ese tema ah y ahora los Brics lo demás es pura mie…como todo lo q escribes
Carlos(92784)06 de septiembre de 2024 - 02:12 p. m.
Siga ladrandole a la luna Sr Rubio, pero independientemente de lo que hagan o digan todos los que UD menciona Maduro estará en el poder hasta que los militares venezolanos decidan.
Helga66(40077)06 de septiembre de 2024 - 02:05 a. m.
La izquierda está manchada de errores históricos retrasando procesos de avance social. En Colombia durante muchos lustros esta izquierda apoyó la lucha armada. Mantuvo un pie en la legalidad y otro en la delincuencia del tráfico de drogras, el secuestro y la extorsión. Ahora con la firma del acuerdo de paz y el reconocimiento de su error vuelve y cae en la trampa dialéctica de apoyar a sus compadres seudorevolucionarios. Maduro no es de izquierda. Es la derecha camuflada para enriquecerse
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)05 de septiembre de 2024 - 08:03 p. m.
Este especie de Marco Rubio es un falsete sin argumentos
Pelagato(41805)05 de septiembre de 2024 - 05:19 p. m.
Hace falta mencionar qué porción de la izquierda representan estos movimientos que apoyan la dictadura. Se tiene la idea de que son minoritarios, ya la mayoría de la izquierda ve que tiene un costo inmenso apoyar semejante exabrupto de elección.
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