Hasta ahora Gustavo Petro parece haber gobernado respetando la Constitución y las leyes, sin beneficiarse indebidamente de la cosa pública. Ojalá de todas sus amistades se pudiera decir lo mismo.
Un caso llamativo es el independentista catalán Xavier Vendrell, personaje “de dudoso pasado y aún más inquietante presente” a quien el presidente otorgó la nacionalidad colombiana. La movida, rodeada de misterio, suscita muchos interrogantes.