En España, el fenómeno de las elecciones parlamentarias europeas fue Alvise Pérez. Tras una campaña por redes sociales, debutó con 800 mil votos y tres escaños. Sus electores son tan peculiares como los de Javier Milei.
Se trata de hombres jóvenes ultraderechistas indignados con la política tradicional y corrupta. El movimiento Se Acabó La Fiesta, “sin sede, sin militantes y sin ni siquiera un programa”, superó a varios partidos de izquierda. Sus propósitos no son inanes. A Pedro Sánchez, Alvise le