La Inteligencia Artificial (IA) cambia la aviación militar. Históricamente, los drones o aeronaves no tripuladas eran los vehículos más asociados con la IA en la Fuerza Aérea. Y los avances tecnológicos aumentaron su aplicación en aviones de combate. Estas aeronaves, parcialmente o totalmente manejadas por IA, transforman la forma en que se desarrollan y ejecutan las misiones, lo que resulta en una nueva era de la aviación.
El Programa de Collaborative Combat Aircraft (CCA) de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) es un ejemplo de cómo la IA toma protagonismo en la aviación militar. Este programa desarrolla vehículos aéreos no tripulados de combate (UCAV) que colaboran con aviones tripulados como el bombardero B-21 Raider. La clave de estos nuevos sistemas es el “paquete de autonomía”, una implementación avanzada de IA que permite a estos UCAV se encarguen de tareas tácticas, dejando a los pilotos humanos la supervisión y la toma de decisiones de más alto nivel.
Este enfoque además reduce los costos. Se prevé que un CCA cueste aproximadamente $30 millones de dólares, una fracción respecto de un avión tripulado moderno como el F-35, que ronda los USD$85 millones. Además de ser más económicos, los CCA ofrecen flexibilidad en el campo de batalla, ya que desempeñan múltiples funciones, desde actuar como sensores o transportar armas, hasta llevar a cabo misiones complejas de combate aéreo y guerra electrónica.
Una de las innovaciones es la capacidad para trabajar en conjunto con plataformas avanzadas como el F-35 y los sistemas aéreos de nueva generación. Esta colaboración humano-máquina, impulsada por la IA, permitirá a los pilotos humanos centrarse en el panorama general de la misión, mientras que los sistemas no tripulados se encargan de la táctica en tiempo real. Este nivel de autonomía también alivia una preocupación recurrente: la sobrecarga de trabajo de los pilotos. Con la IA estos tendrán menos tareas, lo que les permitirá tomar decisiones más informadas.
El Programa Air Combat Evolution (ACE) de DARPA es fundamental para esta transición hacia la autonomía en combate. Este busca aumentar la confianza en los sistemas autónomos, con el objetivo de que, en el futuro, los aviones no tripulados ejecuten operaciones de manera casi independiente, bajo la supervisión humana.
Desde el punto de vista geopolítico, este avance pone a los Estados Unidos en una posición dominante en la carrera por la superioridad aérea. A diferencia de países como China y Rusia, cuyas fuerzas aéreas ya enfrentan dificultades para igualar la tecnología estadounidense, la IA les permitirá a los Estados Unidos ampliar aún más esta brecha.
China, aunque avanza en el desarrollo de su tecnología, no tiene acceso a los sistemas de hardware de IA más modernos de los Estados Unidos. Rusia, por su parte, enfrenta desafíos tanto económicos como tecnológicos que limitan su capacidad para ponerse al día.
La Inteligencia Artificial impulsa una nueva era en la que Estados Unidos consolida su posición como potencia militar dominante. Los proyectos como el CCA son solo el comienzo de una tendencia que promete transformar el combate aéreo, reducir los costos y aumentar la eficiencia en el campo de batalla.
Las cosas como son.
* Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en todas las plataformas.
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