En una esquina, un fascista apoyado por medio país. En la otra, la dupla Biden-Harris, vergonzantes promotores del genocidio que lidera el Estado de Israel en el Medio Oriente. Cualquiera sea el resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos desde ya se sabe que no hay nada para celebrar.
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En una esquina, un fascista apoyado por medio país. En la otra, la dupla Biden-Harris, vergonzantes promotores del genocidio que lidera el Estado de Israel en el Medio Oriente. Cualquiera sea el resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos desde ya se sabe que no hay nada para celebrar.
Así y todo, ojalá y gane, evidentemente, la candidata demócrata. Lo explicó bastante bien esa voz elocuente que es Bernie Sanders. Al margen del derecho que tenía Israel a defenderse después de los ataques de Hamás del 7 de octubre, explicó Sanders recientemente, lo que nunca ha debido permitirse es la guerra total que fue lanzada contra el pueblo palestino.
El llamado del senador a votar por Harris plantea un escenario hipotético en el que, con Trump, lo que ya es un desastre podría empeorar. Con Trump lo que queda por destruir y anexar le sería aún más fácil al gobierno de Netanyahu y su ultraviolenta coalición. Bajo Harris, por el contrario, habría alguna posibilidad de revertir la política de guerra que caracteriza ya no solo a los republicanos sino a los demócratas en defensa de su democracia liberal de corte puramente imperial.
Esto último, lo de si con Harris en el poder es o no factible un cambio de perspectiva, es debatible. Pero en lo que sí tiene razón Sanders y en general todo el que asume como existencial lo que se juega Estados Unidos en sus próximas elecciones presidenciales, es en que con Trump ni siquiera habrá espacios para discutir otras miradas sobre el futuro de cualquier cosa. El carácter dictatorial de su revanchista Presidencia supone cero tolerancia frente a la protesta y demás voces opositoras.
Por lo demás, con Trump continuarán el racismo, la violencia contra las mujeres y su derecho a la salud reproductiva y la mano caritativa hacia los dos o tres billonarios. Por los lados del cambio climático el negacionismo volvería al poder.