Marco Rubio, a salvar vidas políticas nacionales
Bajo Trump II, la posible llegada de un latino al cargo de secretario de estado de los Estados Unidos es una pésima noticia para la región. Peor aún si se trata de un digno representante de la política ultra conservadora del ala republicana, surgido de la Florida más retardataria.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Bajo Trump II, la posible llegada de un latino al cargo de secretario de estado de los Estados Unidos es una pésima noticia para la región. Peor aún si se trata de un digno representante de la política ultra conservadora del ala republicana, surgido de la Florida más retardataria.
Sobre el aborto, Marco Rubio más o menos considera que se trata de un asesinato. Del matrimonio igualitario: que se acabe. Que nadie diga la palabra gay en las escuelas. Que las personas trans no pueden entrar al ejército y la educación en temas de raza es recetario marxista. Además de un largo etcétera que niega que el cambio climático se deba a la actividad humana.
Y toda su agenda nacional combinada con altas dosis de fanatismo anticomunista y de ánimo fácil para la guerra. En su performance, China e Irán son los enemigos número uno a batir e Israel merece el apoyo necesario para acabar con Hamás al precio que sea requerido.
Nada particularmente original, o que no esté en el predecible guión trumpista.
De la preponderancia en la región que tomarán Bukele y Milei o la nostalgia hacia los buenos tiempos de Bolsonaro es posible que oigamos tanto como sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua. El fortalecimiento de las leyes migratorias se da por descontado y qué mejor que empujarlas con la ayuda del hijo de inmigrantes cubanos. Después de todo, bastantes latinos votaron para que otros latinos fuesen devueltos a sus países de origen.
Queda por considerar, entre otras muchas dimensiones de lo que ya se avecina como una preocupante coyuntura, si nos vuelven o no a exigir una política de drogas similar a la del glifosato obligatorio. Es tan seria la gravedad que supone un Marco Rubio para Colombia que Néstor Humberto Martínez ya le dedicó columna dominical celebratoria pidiendo pista.
“Lo necesitamos. ¡Bienvenido, Mr. Rubio!”, escribe nuestro representante de la política nacional, acostumbrado al salvavidas norteamericano.