Lo sucedido en el corregimiento Los Pozos en el municipio de San Vicente del Caguán evidenció una vez más que en Colombia no estamos preparados para solucionar los problemas por la vía del diálogo y que tiene que ocurrir un hecho que genere controversia o llame la atención para que el Gobierno Nacional atienda los reclamos que desde los territorios se hacen.
También quedó muy claro lo peligroso que resulta que la sociedad civil permita que los violentos se cuelen en sus reclamos porque estos van a quedar deslegitimados, no importa si son urgentes e importantes.
En primer lugar, debo decir que el asesinato de un policía y un civil no pueden quedar en la impunidad y les corresponde a quienes lideraron la protesta rechazar este tipo de delitos y, además de eso, entregar al o a los culpables.
En segundo lugar, quedó demostrado que desde las oficinas de Bogotá es muy fácil decir que se envíe al Ejército. No niego que podría hacerse, la pregunta es ¿para qué? ¿acaso quieren o pretenden que llegue todo un nutrido grupo de soldados con armas de largo alcance acompañados de tanques de guerra y helicópteros de la Fuerza Aérea disparando y bombardeando todo lo que encuentren a su paso?¿Quieren acaso que se produzca una masacre igual o peor a la que sucedió en la vereda Alto Remanso (Puerto Leguízamo) en Putumayo durante gobierno de Iván Duque con Diego Molano como ministro de Defensa? Es ahí donde yo me pregunto: ¿dónde está la inteligencia de quienes desde la oposición la prometieron?
Han de saber que el Ejército es una fuerza de combate y que no está bien que se le envíe al lugar donde hay una protesta para que solucionen los desmanes con armas y balas. En este caso, el presidente Gustavo Petro tiene razón y lo sucedido en Los Pozos debe llevarnos a pensar en que no todos los conflictos se solucionan con fuego de por medio.
Nos guste o no, la medida más efectiva es el diálogo, y es claro además que este debe iniciarse antes de que los ánimos se calienten. El Gobierno Nacional falló enviando tarde a los ministros de Defensa y del Interior, hecho que no puede ni debe repetirse.
Fue muy grave lo sucedido en el corregimiento de Los Pozos porque el secuestro de 79 policías dejó la sensación de un vació en la autoridad del Estado como tal y, además, quedó la impresión de que el país podría regresar a los secuestros masivos que en su momento ejecutaron las Farc.
Gustavo Petro debe colocar mano firme en estos casos y, enviar a sus ministros desde el primer indicio de un estallido social en cualquiera de los territorios del país para que se instalen los diálogos y se eviten hechos lamentables como asesinatos o secuestros de algún agente del Estado.
Lo sucedido en el corregimiento Los Pozos en el municipio de San Vicente del Caguán evidenció una vez más que en Colombia no estamos preparados para solucionar los problemas por la vía del diálogo y que tiene que ocurrir un hecho que genere controversia o llame la atención para que el Gobierno Nacional atienda los reclamos que desde los territorios se hacen.
También quedó muy claro lo peligroso que resulta que la sociedad civil permita que los violentos se cuelen en sus reclamos porque estos van a quedar deslegitimados, no importa si son urgentes e importantes.
En primer lugar, debo decir que el asesinato de un policía y un civil no pueden quedar en la impunidad y les corresponde a quienes lideraron la protesta rechazar este tipo de delitos y, además de eso, entregar al o a los culpables.
En segundo lugar, quedó demostrado que desde las oficinas de Bogotá es muy fácil decir que se envíe al Ejército. No niego que podría hacerse, la pregunta es ¿para qué? ¿acaso quieren o pretenden que llegue todo un nutrido grupo de soldados con armas de largo alcance acompañados de tanques de guerra y helicópteros de la Fuerza Aérea disparando y bombardeando todo lo que encuentren a su paso?¿Quieren acaso que se produzca una masacre igual o peor a la que sucedió en la vereda Alto Remanso (Puerto Leguízamo) en Putumayo durante gobierno de Iván Duque con Diego Molano como ministro de Defensa? Es ahí donde yo me pregunto: ¿dónde está la inteligencia de quienes desde la oposición la prometieron?
Han de saber que el Ejército es una fuerza de combate y que no está bien que se le envíe al lugar donde hay una protesta para que solucionen los desmanes con armas y balas. En este caso, el presidente Gustavo Petro tiene razón y lo sucedido en Los Pozos debe llevarnos a pensar en que no todos los conflictos se solucionan con fuego de por medio.
Nos guste o no, la medida más efectiva es el diálogo, y es claro además que este debe iniciarse antes de que los ánimos se calienten. El Gobierno Nacional falló enviando tarde a los ministros de Defensa y del Interior, hecho que no puede ni debe repetirse.
Fue muy grave lo sucedido en el corregimiento de Los Pozos porque el secuestro de 79 policías dejó la sensación de un vació en la autoridad del Estado como tal y, además, quedó la impresión de que el país podría regresar a los secuestros masivos que en su momento ejecutaron las Farc.
Gustavo Petro debe colocar mano firme en estos casos y, enviar a sus ministros desde el primer indicio de un estallido social en cualquiera de los territorios del país para que se instalen los diálogos y se eviten hechos lamentables como asesinatos o secuestros de algún agente del Estado.